Venció 1-0 a Godoy Cruz con gol de penal de Diego Valoyes y se metió en la final, donde enfrentará a Boca. Además, garantizó su presencia en la Libertadores 2022.

Talleres obstruye de felicidad las arterias de los corazones de sus hinchas. Lo hace con emociones tan hermosamente violentas que provoca llantos.

De esos que dan vida, que estiran la vida. Que cambian la vida. Talleres dio una felicidad sin igual con el 1-0 ante Godoy Cruz en una de las semifinales de la Copa Argentina. Ese grito de gol por el penal de Diego Valoyes… ese grito de gol movió los cimientos del estadio Juan Gilberto Funes en La Punta, San Luis.

Asombró a los mendocinos el desahogo bajo la lluvia. Conmovió a los neutrales puntanos el furioso “gooooooooool” de los que se colgaban a los alambrados de la tribuna como si fueran escalando hacia esas nueves negras que escupían lluvia.

Es que el festejo, para esos miles de hinchas, valía la destrucción de la garganta y la lesión de las cuerdas vocales. Lo valía. Recontra. Es que Talleres se aseguró además un lugar en la Copa Libertadores edición 2022. ¿¡Cómo no iba a ser mágico ese gol de Valoyes!? ¡¿Cómo no iba a haber sobredosis de bocas exultantes olvidadizas de barbijos?! Si Talleres está a un partido de ser campeón en AFA. ¡A un partido de más historia! A un esfuercito-esfuerzazo más en un año de puro esfuerzo. Talleres llegó a la cima y ahora necesita plantar la bandera con esa palabra que el DT Alexander Medina vociferó sin miedos ni dramas en el inicio de la temporada: CAMPEÓN (así en mayúsculas).

Lo que viene es Boca, el miércoles 8, en Santiago del Estero. Y lo que viene es posible por lo que se vivió en San Luis. Porque las cámaras de televisión no pudieron captar la fascinación “de ser de Talleres” que vivieron los que estuvieron en el estadio Funes. Lo contarán por años. Son de esas historias que hacen nuevas y nuevos hinchas. Que el viaje por la ruta. Que el colectivo a pleno. Que la previa con asado y fernet y las sierras puntanas de fondo. Que el lluviazón. Que todo. Que todo es por Talleres. Que Talleres es así.

Que este Talleres es así. El de los atajadones de Guido Herrera (clave ante Godoy Cruz en esta seis). Que Talleres es el del imponente “Rafa” Pérez, el del generoso Juan Méndez y el del inquieto Michael Santos. Que Talleres es la chispa y la explosión de Valoyes.

Que este Talleres es grande y quiere grandeza. Una que le hará falta para el desafío final con Boca. En fin… Talleres sacudió corazones en la noche ya histórica del 1 de diciembre de 2021, la jornada en la que (otra vez) se metió en una final nacional de un torneo de la Asociación del Fútbol Argentino. Fascinante.

Tanto como lo que explotó con el pitazo final del árbitro Ariel Penel… Éxtasis de miles de hinchas que estaban mandándole un mensaje al país futbolero con sus desaforadas canciones: “Talleres, el más grande del interior”. De Córdoba a Santiago para conquistar el país. Para intentar a arrodillar a Boca. Este Talleres, el que es pasión de multitudes, había jugado cuatro veces en San Luis estando en el ascenso. Ahora, es el Talleres que le pelea los títulos a Boca y River, como en la Liga Profesional.

Quien trazó el contexto del Talleres 2021 fue Andrés Fassi, presidente del club: “Talleres está cada vez más cerca de empezar a vivir estos momentos y alegrías. No hay presión de ningún tipo, la presión es seguir trabajando y haciendo lo que Talleres viene haciendo para seguir viviendo momentos como este. Mirábamos para atrás, cerramos los ojos y veíamos hace seis años donde estábamos… Cada vez las cosas se van asomando en base a rultados de lo que venimos haciendo. Así que disfrutarlo, alegrarse por la gente”.

¿Disfrutar? Ufff, ¡qué no! Talleres reventó de felicidad los corazones de sus hinchas.