Nueva entrega de la columna “Pase al gol”.

El arranque de la doble competencia fue muy bueno para Talleres, en todos los sentidos posibles. En el torneo de la Liga Profesional venció a Banfield y a San Lorenzo, con una actuación mejor que la anterior, mientras que en la Copa Argentina avanzó a cuartos de final al dejar en el camino a Estudiantes de Río Cuarto en definición por penales. Para los tres partidos, la decisión del entrenador fue salir a escena con la mayor cantidad de titulares, algo que pudo realizar ante el Taladro y ante el León al jugarlos con el mismo 11, pero que no pudo realizar el lunes pasado contra el Santo.

Tras la presentación en Newell’s contra los riocuartenses, Diego Valoyes (un delantero potente, con desborde y gol), Enzo Díaz (está en su mejor momento desde que llegó a Talleres) y Michael Santos (goleador y asistidor) sintieron el esfuerzo. Héctor Fértoli y Mateo Retegui tuvieron que saltar a la cancha, pero “Enzito” eligió arriesgarse, ya que su salida le hubiera obligado al DT a otro ensayo, quizá con Nahuel Tenaglia de lateral. La puesta a punto de Rodrigo Villagra le permitió a Medina disponer del reemplazo ideal de Federico Navarro y que Juan Ignacio Méndez pudiera volver a tener la confianza para sacar un pase como el que le permitió al ex-Racing marcar el 2-0 ante San Lorenzo.

La mejor noticia la trajeron Fértoli, Villagra y Retegui: Talleres empezó a cumplir objetivos de juego, que en el caso del encuentro de San Lorenzo llevaron a su actuación al podio de la era Medina. Talleres convirtió y llegó mucho, inclusive de pelota parada, pudo recuperar la intensidad necesaria que lo distingue y moderó sus errores. Además, las tres variantes alimentaron la competencia interna, la que lógicamente había bajado con las salidas de Navarro, de Hincapié y de Fragapane. ¿Más? Julián Malatini también fue otra novedad. Pudo con las dificultades propias de un central que va a jugar contra el lateral y, ahora, le tomó el gustito al espacio que le deja el rival para subir, aunque debe mejorar la terminación.

Los interrogantes dejaron esta etapa del arranque, pero se mudaron a la siguiente instancia, en la que deberá jugar cada cuatro días hasta que lleguen los cuartos de final de Copa Argentina. Por el torneo de la Liga Profesional, jugará este domingo a las 13.30 con Unión, en Santa Fe; luego, visitará a Argentinos el jueves 26 de este a las 16.30, y será anfitrión de Estudiantes el lunes 30 a las 21.15. La semana siguiente viajará a Paraná para enfrentar a Patronato. El 9 de setiembre, jugaría con Temperley por Copa Argentina. Otra vez, tendrá un compromiso cada cuatro días.

Medina deberá decidir cómo llevará a Julián Malatini, a Rafael Pérez, a Nahuel Tenaglia, a Enzo Díaz, a Juan Méndez, a Ángelo Martino y a Carlos Auzqui, quienes han jugado siempre. La decisión ha sido poner lo mejor, después de aquel intento fallido de hacer rotar a cinco jugadores ante Central Córdoba de Santiago del Estero. Las soluciones deberá alcanzarlas con la competencia interna a la que pueda sumar el refuerzo que llegue por Hincapié, por Juan Esquivel (flamante contratación) y por pibes como David Romero, Mateo Mamani, Matías Córdoba y Federico Torres o por jugadores con experiencia como Juan Komar, Mauro Ortiz o Francis Mac Allister, por nombrar algunos. La respuesta que ofrezcan definirá si el plantel es “competitivo”, como sostiene el presidente Andrés Fassi, o si es corto como ve el DT.