Ya es motor 4.0 y este domingo la comunidad futbolera aplaudió sus cuatro décadas y su auge dentro de la cancha. En apenas dos años se convirtió en ídolo y referente del club que es hincha. Y pensar que casi no viene a la T...

Los 40 años de Pablo Guiñazú en plenitud. En su club, en su tierra, en el lugar de sus afectos. Casi no fue así. En 2016, sin continuidad en Brasil después de sobresalir en el Inter de Porto Alegre, dónde también lo recuerdan como un gladiador, el Cholo pegó la vuelta al fútbol argentino. Y en Atlético Tucumán decían que sería refuerzo del Décano.

Apareció Talleres, una categoría más abajo que los tucumanos y recién ascendido a la B Nacional. Y Guiñazú no dudó. En su vasta y rica carrera, siempre había conservado el deseo de jugar, y de retirarse, con la camiseta de la T puesta. Y de qué manera lo está cumpliendo.

Con sus 40 jóvenes años recién cumplidos, con motor 4.0 como el mismo se define, es el de mayor edad entre los jugadores de campo de la Superliga, en la que el resultó elegido como el mejor volante de la temporada pasada.

Y los celebra con la alegría que transmite, y que contagia en cada entrenamiento, en cada contacto con los hinchas, en cada acción que lo encuentra en primera fila cuando se trata de ser solidario.

Corriendo detrás de una pelota, como el sábado ante Gimnasia, cunado todavía tenía apenas 39 y se tiró al piso para cortar y marcar, ante el asombro de propios y extraños. Los 11 kilómetros que recorre por partido. Un animal del fútbol. Y se dio el gusto de regalarse una victoria para su cumpleaños.

Son 40 años de guerrero, de campañas peleadas con sudor y lágrimas, y con respeto por todos y sobre todo, por la profesión. Son 40 años que lo encuentran con la felicidad de cumplir su promesa de jugar en Talleres, como se lo había pedido su papá. 

Cómo se iba a retirar sin cumplir con ese designio. Si hasta le fracturaron la mandíbula en una amistoso con Racing apenas llegó a barrio Jardín, y lo mismo se puso de pie para ganarse el puesto como uno más, siendo nada menos que el Cholo. Y lo coronó con aquel gol antológico para ascender invicto a Primera y perdurar en el tiempo mucho más que 40 años.

Son 40 años de Guiñazú y en apenas dos años y medio del Cholo de Talleres, se convirtió en un intocable para su exigente público. Un estandarte. Admirado por muchos, respetado por todos, sin importar de que club sean. Y pensar que casi pasa de largo rumbo a Tucumán. El destino lo puso en su lugar y el retiro puede esperar.

Feliz cumple Cholo. El fútbol te saluda.