El arquero de los 10 millones de dólares que mantuvo en partido a su equipo hasta el final. Boca lo quiso comprar. Por ahora, lo padece.

Boca ya se interesó en Guido Herrera en la Superliga pasada, pero en ésta fue directamente a gestionar su pase. Lo ahuyentó un poco la claúsula de salida de 10 millones de dólares, pero intentó llegar a esa cifra con jugadores.

Es más, de no mediar el gol de Pavón y la victoria de Boca, obviamente, gran parte del Mundo xeneize estaría recriminándole a Angelici y compañía que no comprara al riocuartense. Pero la temática no se trata de Boca -ya se olvidó del partido con Talleres y en breve estará en el aire rumbo a España para jugar la Copa Joan Gamper ante el Barcelona de Messi-, sino de Talleres y de cómo aprovechó poco y nada la actuación determinante de su arquero.Herrera siempre atento. Es el arquero que Boca quiere desde hace rato.

Herrera siempre atento. Es el arquero que Boca quiere desde hace rato.

El arquero no tuvo, como Talleres, el mejor amanecer. Sin embargo, el gol de Cristian Pavón, a los 9 minutos de juego y por un rebote en Leonardo Godoy, no lo frenó. Desde el 0-1 parcial hasta el final del juego, cerró su arco hasta convertirse en el mejor jugador albiazul y lo más importante: aquel que lo mantuvo en partido.

Fue abajo en el mano a mano con Carlos Tévez y luego, le atajó, el penal. Es más, viendo que Talleres no despertaba, Herrera salió rápido a buscar la pelota y empujó a Mauro Zárate y cuando recibió la recriminación de Nahitán Nández, el 1 albiazul le respondió sin tapujos: "A quién te comiste, pelotudo". Ya en el segundo tiempo contuvo los remates de Pavón y del propio ex Vélez.

La reacción de Talleres arrancó en el complemento con aquellos momentos que coincidieron con la presencia de Juan Ramírez, lanzado en ataque, con la ayuda de Tomás Pochettino, y el ingreso Junior Arias. Hasta ahí, Guido había sacado todo. O casi. Aquellos saques fallidos para dos contras que no fueron precisos, nada hicieron en el legajo de un arquero, que mentalmente no perdió en la Bombonera, porque siempre creyó que podía ganar. O empatar.

"Habíamos visto con 'el Mono' Irusta (entrenador de arqueros) cómo pateaba los penales Tevez. Me imaginé que lo iba a patear a la izquierda", Herrera.  

Fue lo mejor que le pasó a Talleres en el debut de la Superliga. Lo peor, se sabe. Que su esfuerzos no haya sido aprovechado sino hasta después de los 25 minutos del complemento.

Fue mucho Herrera para tan poco Talleres.