Volvió recargado de la pretemporada. Hizo dos goles contra Midland, hizo un surco por su lateral y recuperó el nivel que había perdido en el final de la última Superliga.

Leonardo Godoy arrancó recargado el segundo semestre del año. Los dos goles que le convirtió a Middland el martes, en la Copa Argentina tras dos excepcionales asistencias de Andrés Cubas, permitieron volver a observar en toda su dimensión a ese lateral vertiginoso y casi incontenible cuando clava la quinta velocidad.

No pudo terminar la Superliga pasada en su mejor versión futbolística por una lesión de la que le costó recuperarse, pero hizo una pretemporada muy buena que lo puso en un nivel óptimo en lo físico y con la pelota.

Por eso “voló” por el lateral derecho y llegó a posición clara de definición para marcar dos veces, tras esos dos pases entre líneas que le puso “Cubitas”, con un estilo que hizo recordar a Juan Román Riquelme.

“Andrés es un animal. Metió dos muy buenas ‘bochas’. Son pelotas que estamos entrenando mucho. Siempre le digo que me la tire al espacio porque puedo ganar en velocidad, generar una falta o un córner. Y ayer (por el martes) salió bárbaro. La verdad es que para mí fue una noche soñada. No siempre un lateral puede hacer dos goles. Pero no sólo por eso, porque también pudimos pasar de fase”, dijo el lateral entrerriano.

Después “Leo” agregó: “Creo que mejoramos mucho respecto del clásico contra Belgrano. A nadie le gusta perder un clásico. Y nosotros necesitábamos ganar. Varias cosas no nos salieron bien en ese partidos. Eran dos amistosos, pero veníamos de perder dos encuentros (contra Cerro Porteño y el Pirata) y ganar siempre sirve para recuperar la confianza”.

Puesto a hablar sobre su par de goles, que hizo elevar su marca a cuatro desde que llegó a Talleres, señaló: “En el primero piqué después del pase de Cubas, llegué al fondo, vi que al arquero le picó mal la pelota y le quedó mal. Me quedó justa para pegarle al primer palo. Y en el segundo, cuando Andrés me la dio y entré al área, dudé un instante en si pegarle o dársela a un compañero. Le pegué arriba y por suerte entró”.<

A propósito. El Godoy “recargado” está dispuesto a entrarle más seguido al arco. “Mis compañeros siempre me lo piden, pero uno como defensor siempre tiene la tendencia de tratar de habilitar a un volante o un delantero mejor ubicado. Ahora Juan Pablo (Vojvoda) me pide que siga pasando al ataque, pero que le pegue más al arco. No me va a quedar otra, si hice dos goles. Voy a tratar de terminar más las jugadas. Ojalá lleguen más”, agregó Godoy riéndose.

Sobre el final de la charla con los periodistas acreditados por la “T”, en la Boutique”, Mundo D le preguntó si estaba al tanto de la intención de Andrés Fassi de comprarle a Atlético de Rafaela el 20 por ciento de su ficha que todavía posee y quedarse con la totalidad del pase, “Leo” respondió: “La verdad me entero por vos. Seguramente mi representante me lo comunicará en las próximas horas.”

Fassi le dijo a este medio que con parte del dinero que pagará Boca por el 10 por ciento del pase que le quedaba a la “T” de Cristian Pavón, adquirirá ese porcentaje al club santafesino para controlar el total de su ficha.

Llegó Toni y se fue Olaza

Más allá de la alegría por la clasificación a los 16avos de final de la Copa Argentina, la de ayer fue una jornada intensa para el plantel de la “T”. Vojvoda no dejó descansar mucho a sus jugadores, que llegaron desde Santa Fe a las 6 y 15, durmieron unas horas y las 16.30 ya se estaban entrenando en la Boutique.

La primer novedad de la fajina fue la presencia del nuevo refuerzo del plantel, el zaguero central zurdo Mauricio Toni (20), quien pese a no haber firmado todavía su contrato, se entrenó con el plantel. Es delgado, alto, fuerte, de buena proyección y cabezazo. Ayer Vojvoda, en un trabajo de fútbol en espacios reducidos, probó al defensor de Vélez en dos puestos:?como central y lateral izquierdo.

Y al comienzo de la práctica, Lucas Olaza, ya fuera del plantel y tras firmar su contrato en Boca, vino a despedirse de sus ahora excompañeros y empleados del club. Emocionado, el grupo, reunido en el medio del campo de juego, lo despidió con un aplauso.