El arquero albiazul admite que contra Newell’s la “T” jugó “el peor partido del torneo”, pero no pierden la ilusión.

Las tres caídas seguidas en la Superliga duelen y mucho en Talleres, pero de ellas, sin dudas, la del lunes contra Newell’s fue la más lacerante. Y no tanto por el resultado en sí, sino por lo mal que jugó el equipo. Que esto lo afirme Guido Herrera, la figura excluyente de la “T” en ese partido y quien viene de sufrir seis goles en los últimos tres encuentros sin ser responsable de ninguno, hace aún más relevante su opinión.

Pero la admisión de esa realidad por parte del arquero no lo lleva a caer en el pesimismo. “Está claro que no jugamos bien. La mayor bronca es por eso, más allá de que la derrota nos dolió muchísimo. Era muy importante ganar en Rosario por los dos partidos seguidos perdidos antes. Pero el sábado (contra Gimnasia) vamos a estar más fuertes que nunca. Tenemos que masticar la bronca rápido. No estamos bajoneados ni caídos y seguimos ilusionados con entrar a una copa”, le dijo ayer, convencido, a Mundo D.

–¿Qué te duele más? ¿La derrota contra Newell’s o cómo jugó el equipo en ese partido?
–La derrota nos amargó, porque es la tercera seguida. Pero hay que reconocer que el equipo jugó mal. Fue el partido más flojo del equipo en el torneo. No generamos nada, más que todo en el primer tiempo, salvo una de Juan (Ramírez). Estuvimos imprecisos, desconocidos. Lo replanteamos en el entretiempo y mejoramos. Tuvimos más la pelota, pero Newell’s con muy poco nos generó seis situaciones claras y no estamos acostumbrados a eso. Ni Boca ni Independiente nos generaron tantas situaciones claras en esos partidos.

–¿El primer gol de Newell’s los desacomodó?
–Veníamos del partido contra Independiente, en el que creo que merecimos hacer varios goles, no pudimos y encima lo perdimos. Teníamos que mejorar eso y nos encontramos con ese gol tempranero. Nos costó acomodarnos después, pero no es una excusa. La derrota terminó siendo justa. Tenemos que ser autocríticos y cambiar urgentemente la imagen.

–El combo terminó siendo fatal: desatenciones defensivas y falta de efectividad en el arco contrario. Casi no patearon.
–Sí, fue así. Hay cosas en lo defensivo que tenemos que seguir hablando y corregir. Y lógicamente que necesitamos volver a convertir con urgencia, pero tampoco da para hacer un escándalo porque perdimos tres partidos seguidos y jugamos mal el lunes. También ganamos varios seguidos y estuvimos a seis puntos de Boca. No éramos antes el mejor equipo del mundo y ahora por haber perdido tres el peor. Eso sí: tenemos que encontrar el equilibrio que perdimos en los cuatro partidos que nos faltan.

–¿Entienden que los hinchas estén un poco decepcionados?
–Claro que es comprensible. Pasa que con nuestra campaña ilusionamos a nuestra gente. Y nosotros también no ilusionamos. Contra Boca no nos sentimos sobrepasados por la presión, aunque a lo mejor algunos de los más jóvenes la pueden haber sentido. Estoy seguro de que el sábado la gente nos va a ayudar a ganar con su aliento. Nos quedan cuatro finales para cumplir nuestro objetivo de entrar a una copa. Estamos sólo a un punto del cuarto y a dos del tercero. Veníamos de varios partidos sin que nos conviertan, con el arco menos vencido, y nos hicieron seis goles en tres partidos.

–Pero vos no tuviste responsabilidad en ninguno y fuiste la figura del equipo en Rosario.
–Sí, pero más allá de eso nos hicieron seis goles.

–¿La ausencia de Javier Gandolfi se siente mucho?
–“Javi”, junto con “el Cholo”, son los referentes del equipo. Tiene voz de mando y cuando no juega se encarga de hablarnos. Pero no hay que caer sobre “Juancito” (por Komar). Contra Defensa y Justicia hizo un excelente partido. No creo que hayamos perdido ni por la ausencia de Gandolfi ni por Komar. Contra Boca perdimos en el último minuto y contra Independiente merecimos ganar, aunque en el fútbol no existan los merecimientos. Seguimos ilusionados y dependemos de nosotros para entrar a la Copa Libertadores.