Con la victoria frente a Chacarita, Kudelka se convirtió en el entrenador que más hizo ganar a la “T” en condición de visitante: 24 triunfos.

Frank Darío Kudelka vivía los momentos posteriores al triunfo ante Chacarita Juniors. Había otras victorias por festejar. En sus bolsillos estaban el gol de tiro libre de Lucas Olaza (es una herramienta que debe ser más eficaz) y que el arco finalizó invicto (fue el segundo partido en esta Superliga), pero, sobre todo, en determinados pasajes, el ADN del equipo volvió a asomarse.

La presión para recuperar la pelota, la salida rápida para atacar los espacios amplios, el juego pensado y variado que demostró en las dimensiones reducidas, un movimiento que incluye a los laterales, como Leonardo Godoy y el ya mencionado Olaza, y la conducción de Emanuel Reynoso.

Para Kudelka no hay resultado sin forma. Después del “fuimos un cúmulo de voluntades y ese no es mi equipo” ante Godoy Cruz en Mendoza, su Talleres acusó el impacto. Hizo una profunda autocrítica y decidió salir. O lo está intentando.

Ese minuto a minuto que vive junto a sus dirigidos tomó desprevenido a Kudelka sobre un dato de su ciclo. La victoria en terreno funebrero fue la número 24 de su era en la “T” como visitante y, desde que se consumó, transformó el registro en el mejor de todos los que consiguieron sus colegas desde que Talleres juega los torneos organizados por la AFA. “Les agradezco por el dato. Los récords quedan para el club. Ustedes saben que no soy autorreferencial. No me gusta hablar de mí”, le comentó Kudelka a Mundo D cuando se le consultó por esta nueva marca en el club de barrio Jardín.

Ese registro superó a los conseguidos por Roberto Saporiti (23 ganados de visitante), Ricardo Gareca (21) y Arnaldo Sialle (14), nombres pesados en la historia del club albiazul. ¿Más? La eficiencia de los equipos de Kudelka fuera de Córdoba fue del 65 por ciento. De los 43 partidos jugados, solamente hubo siete derrotas de visitante y 12 empates, además de los 24 triunfos. Los viajes en el Torneo Federal A y en la Primera B Nacional fueron distintos para la concurrencia que sigue a la “T”. Las alegrías les ganaron a las penas.

“Los resultados son una consecuencia del juego. El futuro está en el arco del frente. En el barrio no te enseñan a salir a empatar. Así entiendo el fútbol”, dijo el entrenador, quien logró el doble ascenso que depositó a Talleres en Primera (luego de 12 años) y quien estuvo a punto de clasificarlo a las copas internacionales.

Probando límites

El DT ha mantenido una línea de pensamiento que ha permitido conocer a la persona que hay detrás del profesional. “Talleres desafía mi forma de ser”, supo decir el director técnico que se ganó el respeto del planeta albiazul. Pero fue mutuo.

“El famoso ‘ganar como sea’... Cuando se dice eso y, cuando la sociedad avala ese tipo de cosas, no es más que decir ‘vivir como sea’. Y cuando vos vivís como sea le estás abriendo la puerta a la trampa, a la falta de educación, al no progreso. Estoy en las antípodas de eso. Y no hablo del estilo de cómo jugar. El tema es cómo vivir”, asegura el DT.

Es más, el sábado pasado ante Chacarita un periodista de Paso a Paso (programa descontracturado que se emite por TyC Sports) le preguntó si no le molestaba que los plateístas le gritaran “antifútbol” o “se te vuelan las chapas” y Kudelka respondió: “Ja. No. Lo de las chapas tienen razón. Pero el que dice que soy antifútbol no saben cómo juego”.

Juega el que mejor esté

Los Talleres de Kudelka jugaron igual. De local y de visitante, el registro por el que ahora es noticia.

“La propuesta es ser protagonista desde el minuto cero. Más allá de los jugadores de los que disponga, del rival, de la cancha y del contexto”, han dicho “el Cholo” Pablo Guiñazú, su DT dentro de la cancha; Ezequiel Barrionuevo; Gonzalo Klusener; Emanuel Reynoso; Mauricio Caranta; Sebastián Palacios y Eial Strahman, entre otros jugadores que fueron titulares, y suplentes, y que vivieron “el juega el que mejor está” que pronuncia Kudelka.

Ellos saben que es un tipo exigente, pero que también, cuando se equivoca, pide “disculpas”. Y si Andrés Fassi, presidente del club, siente orgullo por los momentos vividos con el equipo, se debe en gran parte a la elección del DT.

Haberle dado una identidad de juego al equipo, como hace mucho no pasaba en el Mundo Talleres, distinguió a Kudelka. Y lo logró con poquitos jugadores que tenían una experiencia inmediata en Primera División, como Leonardo Godoy y Sebastián Palacios; con jugadores mayores como Guiñazú y Gandolfi; con valores propios como Emanuel Reynoso y Victorio Ramis; y con muchas apuestas, como los casos de Guido Herrera y Jonathan Menéndez (fueron grandes revelaciones).

El DT forjó el tridente Guiñazú-Reynoso-Leonardo Gil, que fue el motor del equipo, y se sobrepuso al desafío de no poder contar con estrellas que llegaron y dieron poco, como Daniel Ludueña y Matías Vuoso, por caso.

En los partidos que Talleres jugó como local de Lanús y Vélez, el aplausómetro lo lideró “el Cholo” y, muy pegadito, le siguió Kudelka.

Con la victoria ante Chacarita, Talleres subió al octavo puesto. “Para que un DT repase lo que hizo con sus equipos, debe tener el tiempo suficiente para disfrutarlo. O estar sin trabajo. Ojalá pasen muchos años para que eso suceda. Para los DT, lo mejor siempre está por venir”, reflexionó Kudelka. El hombre que desafió a Talleres.