El delantero quiere más en la T. Le queda un año de contrato y más deseos por cumplir.

Ni decidió irse de vacaciones, apenas un paseo cercano. Mucha familia y amigos. Aún siente la frescura de ese festejo que todos querían concretar. Camina por la calle sonriendo, feliz.

“El hincha de Talleres tiene una locura especial”, repite. Porque Eial Strahman espera con ansias el martes próximo, justamente el día del retorno del plantel de Talleres a los entrenamientos de cara a la próxima temporada enfrentando a River, a Boca, a San Loreno, a Independiente y a tantos de aquellos viejos rivales con los que no se crua hace ya 12 años.

Y se lo nota con más pilas que antes. El Gringo, el “Ruso”, Eial... así espera con sus sueños a cuestas. “Yo quería dar más porque sabía que podía dar más. No he dejado de pelearla con mis compañeros, de haber logrado dos ascensos seguidos, aún siento esa emoción por lo conseguido”, le dice el delantero albiazul a Día a Día.

Strahman redobla la apuesta. Piensa hacia adelante.

Es un mediodía tranquilo en Nueva Córdoba, algún café que se cruza y las palabras que arrulla, que mastica en su boca, denotan esas ganas, esa renovación de pilas.

“La verdad que es una etapa soñada para mí la que viene en Talleres. Y empezar de nuevo, a pelearla en los entrenamientos y en la cancha. Haber llegado a Primera no me quita más sueños que seguiré buscando perseguir con el equipo del que soy hincha”, completa.

Strahman es un hombre sereno, una persona pensante, sin grandilocuencias, con sencillez. Su afecto por el club, la admiración por sus compañeros y por lo que es hoy la institución lo llevan a pensar que se puede ir por más. “Me queda un año de contrato en el club y muchas cosas por hacer. Y ojalá podamos seguir en esta senda".

"No me imagino mi futuro inmediato sin la camiseta de Talleres puesta”, concluye.

Sólo tiene la mira en el próximo torneo, en primera, con la camiseta del Matador. Strahman sabe que este nuevo comienzo, en la máxima categoría, para él es una etapa soñada.