Una sola pasión. Pagó plateas en Ferro, se puso la remera del Torito y sacó carné en Los Andes; pero todo lo hace movilizado por su amor al Matador. Además, tiene una banda de cuarteto.

"Por decisión propia y sin influencias me hice solito de Talleres en la adolescencia", contó Cristian Espinosa a Día a Día. El hincha "nacido y criado" en Buenos Aires que es socio de Talleres, paga la cuota todos los meses, pero no puede ir a la cancha por la distancia.

"Por cuestiones lógicas de distancia, tiempo y trabajo, no puedo ir casi nunca a verlo al Kempes, pero igual soy socio y el primer día de cada mes pago mi cuota. Debido a que pudimos subir al Nacional, me vi con la posibilidad de poder tener a Talleres jugando cerca", dijo sin vueltas.

En la cabeza de Cristian comenzaron a girar varias ideas para poder estar cerca del Matador desde el ascenso a la B Nacional. El hombre nació hace 34 años en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero su corazón siempre estuvo con la T.

"Primero contra Ferro sin chistar y con el dolor de mi alma, pagué los $700 que cobraron por la platea y pude ver el partido completo y retirarme victorioso; luego contra Chicago, tuve que tomarme un taxi desde mi trabajo porque salía a la misma hora que iba a empezar y me fui con una casaca del "Torito" por las dudas, porque encima tenía que atravesar el barrio Los Perales a pie", contó.

"Cuando supimos que el partido en Los Andes iba a ser sólo para socios por disposición de APreViDe, lo primero que pensé fue en cometer la locura que cometí", dijo respecto de la idea de hacerse socio del "Milrayitas".

Según contó, su amigo Carlos le sugirió la misma idea. "No dudamos en dirigirnos auto-motivados en tren y dos colectivos a asociarnos con foto carnet en mano y el dinero para el carnet y cuota de abril un día antes".

"Ya había cometido una locura hace poco más de un mes atrás yendo a Concepción del Uruguay por la Copa Argentina, sin micros que entraran a la ciudad me tomé uno que iba directo a Misiones y me dejó en el acceso, a 4 km que hice caminando, con la camiseta puesta, las llaves de mi casa, mi documento y un puñado de pesos".

Fanático de Córdoba

"El cuarteto es el folklore más lindo del país", dice sin dudarlo. Cordobés por adopción, Cristian se presenta en las redes sociales como Cristian Miguel BienPegao; BienPegao es la banda de cuarteto que lidera.

"Hago estilo cuarteto, merengue, tipo banda XXI, La Konga y Jean Carlos. Es muy difícil pegar en Buenos Aires, pero salen eventos privados por suerte".

Córdoba le queda un poco lejos para darle rienda suelta a su pasión, pero las pocas veces que pudo viajar las atesora junto a otros recuerdos de su locura por Talleres.

Matador de nacimiento

La pasión es inexplicable. "No conocía ni un cordobés, nada", contó Cristian sobre su niñez.

-¿Cuándo fue el momento en que sentiste que eras hincha de Talleres?
-Vengo de una familia de generaciones enteras todos de Boca, cuando era chico mi papá me llevaba a la cancha, era en la época donde juntaba las figuritas para completar los álbumes. Me gustó el escudo, los colores, el nombre, veía fútbol de primera los domingos a la noche y me atraía por algo, nadie me influenció , me hice solo hincha nadie me convenció. Con mi primer sueldo de canillita que hice -vendía diarios entre los autos- corrí a comprarme la camiseta de la T a una casa de deporte, de ahí en más mi pasado murió para siempre. Muchos dicen que de la T no se hace, que se nace, y yo les contesto que yo pienso igual, porque siento que nací desde el día que me enamoré de Talleres.