Empate del líder en Mataderos. El arquero albiazul se equivocó y el partido terminó igualado, el día en que la “T” llegó al récord de 20 partidos sin caer como visitante.

Sin proponérselo, Mauricio Caranta fue el gran protagonista de la tarde de ayer en Mataderos. Y no porque haya tenido un partido inolvidable. Todo lo contrario. Un error suyo, un saque apresurado desde el arco que cayó en los pies de Nicolás Giménez, derivó en el 1-1 final. La hinchada de Chicago lo hostigó con sus cánticos durante todo el primer tiempo. Y la presencia de Diego Ceballos como árbitro le provocó un desgaste adicional. Igualmente, con el 1-1, la “T” llegó al récord de 20 partidos invicto de visitante, y 28 en total. Talleres se fue de Matadores con un sabor “amargo”.

Era la primera vez que se veían las caras después de aquella final de la Copa Argentina del año pasado en el estadio Kempes entre Boca y Central. Caranta fue suplente ese día. Y todo el mundo recuerda lo que pasó y cómo terminó. Quizá por eso al arquero de Talleres se lo vio molesto e incómodo. Acaso, sin transmitir una sensación de completa seguridad. Desde el primer momento, exageró las demoras en cada saque. Tanto que Ceballos primero lo apercibió y luego lo amonestó. Los diálogos entre los dos fueron en aumento. Al cierre del primer tiempo, no bien sonó el silbato, Caranta se abalanzó sobre el juez, reclamándole algo.

“Por la presión de la gente, parecía que cada falta nuestra era para amarilla. Lo vi nervioso a Ceballos y quise tranquilizarlo, nada más que eso”, dijo Caranta a la salida de los vestuarios. También reveló que la conversación no se acabó allí. Siguió en el vestuario del árbitro en el entretiempo “donde yo le di mis explicaciones y él me dio las suyas”.

“Nunca estuve mal predispuesto con él. Lo que pasó, ya pasó y no se puede cambiar. Sólo me preocupaba que el partido no se desvirtuara”, expresó el arquero de la “T”, quien reconoció que “era un partido para ganarlo y lo empatamos por una equivocación mía”. “Quise sacar rápido, pateé mal y se la entregué a Giménez que terminó haciendo el gol. Me voy con un sabor amargo, porque hicimos un gran partido desde lo físico y lo táctico, pero apenas nos llevamos un punto”, contó el “1”.

En una cancha siempre complicada como la de Chicago, la “T” hizo un gran esfuerzo pero no tuvo un juego lucido. Se puso en ventaja con un golazo de Luis Jerez Silva en el primer tiempo y luego, se paró más atrás que de costumbre. Sólido pero con más pretensiones de aguante que de tenencia de la pelota. Sacó un empate que sirve para conservar la serie invicta, la punta y para arrimarse al sueño máximo del ascenso.