Gonzalo Klusener retornó a Talleres y fue recibido con todo el cariño de los hinchas. Después de arduos capítulos que lo ubicaban lejos de barrio Jardín, el goleador se dio el lujo de volver a vestir la casaca albiazul.

El golpe sentimental que el hincha esperaba. Sin embargo, el camino fue un poco más espinoso de lo común. Apenas se abrió el libro de pases, en Talleres todos querían-rogaban con que Gonzalo Klusener volviera a rondar las áreas rivales, con el emblema azul y blanco. Y se hacía demorar.

Días atrás los medios anunciaron su arribo a Gimnasia de Jujuy, dando por terminado una novela melancólica. Se hablaba de cierto enojo del presidente de Talleres, Andrés Fassi, para con el asesino serial del área, porque no aceptó venir la temporada pasada al Federal A, priorizando la apuesta de Primera División. Apuesta que no prosperó y que entonces, como desquite, Fassi, le pasaría factura por aquel rechazo anterior. Sin embargo, en el camino algo ocurrió. Del norte argentino enfiló hacia el centro, donde otra vez Talleres lo abrigaba con todo el amor. ¿Habrán presionado algunos bloques dirigenciales para su retorno, con el apoyo del clamor popular en las redes sociales?

“Estoy donde quiero estar”

Arrancó su alocución, con emoción contenida y a la vez, algo de alivio. “Yo esperaba el llamado de Talleres, estaba dialogando con otros clubes, pero cuando apareció el llamado de Fassi, las cosas cambiaron. Siempre me tiró volver, acá pasé de los mejores años de mi carrera. El cariño del hincha está intacto, y es mutuo”, confesó el goleador de las 25 conquistas en 2013.

“Siempre me sentí ligado a Talleres, cuando tenía chance me iba a alentarlo de visitante. Las ganas estaban de volver. El tema es que yo prioricé en su momento apostar a Primera División. Con el diario del lunes quizás no fue lo mejor, pero me di el gusto. Pero el corazón me tiraba para volver. Siempre. Estaba esperando en mi casa tranquilo. Y me llamaron. Es más, me siguen llamando de Primera pero tengo la palabra empeñada con este club que tantas alegrías me dio. Tengo competencia con los delanteros que hay, corro en desventaja, pero vengo a pelearla como todos”.

El artillero instintivo y solidario, porque no hay campaña a beneficio donde falte su ausencia, sea hospital, asilo de ancianos u otra entidad caritativa donde haya que poner la cara y el bolsillo. No viene de su mejor momento, poca pólvora en sus pasos por Quilmes y Olimpo, pero su presencia y motivación de estar otra vez en barrio Jardín es combustible suficiente. Para el hincha también es un estimulante premium.