Mario Bevilacqua, máximo goleador en AFA para Talleres, trabaja en las inferiores de Mitre de Santiago del Estero, club donde nació, y que mañana será rival del Albiazul en la semifinal del Federal A. “Ojalá asciendan los dos por decreto”, fue su ruego.

“Nunca imaginé que en algún momento pudieran encontrarse de manera oficial. Va a ser raro, tengo el corazón partido. Creo que se da por el crecimiento de Mitre y también porque Talleres cayó mucho”. La frase pausada, lenta, algo monocorde, corresponde a Mario Bevilacqua, quien encabeza el ranking histórico como goleador en el Albiazul en certámenes de AFA, hoy en funciones en el rival de mañana por semifinales del Federal A. Trabaja en la Sexta División del club de Santiago del Estero donde nació futbolísticamente, desde hace casi dos años.

Y al enterarse que será la entidad de barrio Jardín el próximo oponente, se le cruzaron muchas sensaciones en la cabeza. “Me dolerá que uno quede en el camino. Era una de las posibilidades, sin embargo, nunca esperé que se pudieran cruzar en el destino. Uno nació en Mitre y en Talleres conseguí lo mejor de mi carrera. Es como que no sé cómo reaccionar. Ojalá los dos asciendan por decreto”, continuó el diálogo Bevilacqua.

- ¿Cómo llegó usted a ser parte de Mitre en la actualidad?
- Vine para los festejos de los 105 años de vida del club. Es la institución más antigua de Santiago del Estero. El presidente me saludó y me invitó a trabajar. Yo estaba en MEDEA con Pascual Noriega, en las divisiones formativas, pero me sedujo el hecho de ir a Mitre. Fue mi primer equipo, y el proyecto que me mostró es importante.

- ¿Nunca tuvo posibilidades de trabajar en Talleres?
- La verdad, no. Yo nunca me ofrecí tampoco. Es que no quería forzar nada, y no me hubiera gustado el hecho de que por ser Bevilacqua me den trabajo, y para eso, tengan que dejar a alguien sin laburo. No me parece correcto. Ya estaba la estructura armada. A lo mejor en un futuro se dará, yo tengo mi familia en Córdoba, pero ahora estoy enfocado en Mitre.

- De Talleres encontró lo mejor de su carrera...
- Talleres fue mi orgullo. Lo más importante de mi vida futbolística. Recuerdo los dos goles a (José) Chilavert ante San Lorenzo, un 4-4 hermoso que pudimos remontar. Y el que más disfruté fue en Avellaneda, ante Independiente, en el ’85, ante Goyén. Estuve más de 10 años, y por suerte, pude devolver algo de lo que invirtieron en mí. Fui vendido a River Plate en 350 mil dólares. Recuerdo que me compró el empresario Settimio Aloisio en el ’88. Recuerdo que nos sacamos una fotos todos los jugadores que él representaba: todavía tengo el cuadro en mi casa. Había cada nene: Gabriel Batistuta, Abel Balbo que era compañero mío en River, Néstor Sensini, Acuña, Antonio Mohamed, Darío Franco, Walter Perazzo, Alfaro Moreno, Siviski...

- ¿Cómo espera este duelo?
- Y... Va a ser raro. Lindo porque se enfrentan los dos clubes que más quiero, pero me dolerá que uno quede eliminado. Es la verdad.

75
son los goles que marcó Mario Bevilacqua en Talleres, siendo el máximo artillero de la historia del club en torneos de AFA, desde 1983 a ’93.

El pase por una Tribuna


El delantero apodado “Pastor” llegó al albiazul en el ’84, acompañando a un amigo de Mitre, Marcelo Ruiz, que fue refuerzo de Talleres. “Fui a la última fecha de ese torneo, en el Estadio Mario Kempes, el día que Estudiantes de La Plata fue campeón del Metropolitano. Cuando bajo al vestuario a saludar a mi amigo, un dirigente, Adelfio Pernazza, me dijo que por recomendación de Ruiz, me iban a probar. Fui 15 días de enero a la pretemporada en Río Ceballos, y el DT, Daniel Willington, me dijo que me quería en el equipo. Marqué goles en amistosos ante Las Palmas, Unión San Vicente y en la Neder Nicola. Como que aprobé. Y tenía que sacar el pase de Mitre. ¿Cómo se resolvió? A cambio de 60 mil dólares y materiales de construcción, para una tribuna: cemento, hierros, ladrillos y arena. Con esos recursos, Mitre edificó la cabecera donde se ubica la parcialidad local, que alberga 5 mil hinchas.

Saludos a Hoyos y a Fassi


A la hora de despedirse de la nota, Mario Bevilacqua pidió un favor: enviarle un mensaje a las nuevas autoridades de Talleres y a un amigo especial: Ángel Guillermo Hoyos. “Soy muy amigo de “Hoyitos”, fuimos compañeros en Talleres, y cuando llegué al club entablé buena relación. Estuve en su cumpleaños en 2010, la pasamos genial”. Y no se olvidó del flamante presidente, Andrés Fassi: “Es una gran persona. Era preparador físico en el ’87, en el cuerpo técnico de Roberto Saporiti. Me alegra que haya logrado éxito en el fútbol y espero que lo pueda hacer crecer a Talleres. Quiero ir a saludarlos al hotal, para hablar de viejas épocas, va a ser un placer”, contó el “Pastor”.