Goleó a Ferro.

Talleres jugó su mejor partido en el Torneo Federal A y, con un planteo ambicioso, goleó 4-0 a Ferro de Pico. Sigue como líder de la Zona 5 junto con Libertad y el jueves visitará a Unión, que ayer ganó. El telón se había bajado. Talleres terminado de lograr la forma esperada por su entrenador Ángel Guillermo Hoyos. Extraña, inédita por lo extremadamente ofensiva; pero, de verdad, contundente y meritoria. Necesaria para potenciar el sueño de ascenso. El 4- 0 a Ferro de General Pico (La Pampa) fue la consecuencia de la actuación. Lo mismo que hizo cantar a la gente (alrededor de 10 mil personas) y esa comunión que se da entre todos los habitantes del Mundo Talleres cuando el primer equipo gana bien.

Ese orden que no se había dado nunca en el Torneo Federal A y que hizo que se fueran Jorge Ghiso (tras el 1- 4 de Unión de Mar del Plata en la segunda fecha) y Sergio Coleoni ( porque entendió que debía dejar paso a otro porque “no le encontraba la vuelta”). Esa búsqueda infructuosa que llevó a que la gente no se bancara el triunfo de cualquier manera (el 1- 0 ante el dignísimo Alvarado), salvo que fuera el triunfo que final, el del pase a la B Nacional.

Pero ayer, Talleres fue lo que pretendía su entrenador, el de la libreta (se conoció en el debut ante Independiente de Chivilcoy) en la que registra todo, para no olvidarse de nada. El mismo que creyó en la utopía de hacer jugar al equipo con tres delanteros con el correspondiente acompañamiento de los volantes y arriesgándose a defender con dos hombres. Un plan y un sistema (2- 3-2- 3) que llegó en el piso del rendimiento colectivo y de los individuales. “Presión y juego a un toque”, decía. “¿ Loco, yo? Sí, pero por Talleres”, decía el villamariense, el que escribió páginas de crack en la “T”, pero al que recién ahora le dieron la chance de dirigir al club del que era hincha su viejo, tras convertirse en un trotamundos.

Las pulsaciones habían bajado, pero al DT se le notaba el cansancio. “Sí, en varias oportunidades me metí a la cancha. Soy jugador. Cuando deje de sentirme así, dejo todo”, fue el prólogo de frases contundentes. Al estilo de “a Talleres hay que darle y no sacarle”.

–¿Qué anotás tanto?
–Todo. No me gustan los que no se sacrifican. El ataque, cómo se defiende. El gesto, la expresión del jugador. Hasta el que no mira.

–¿El gesto?
–Sí. Esto es Talleres.

–Se arriesgó mucho...
–Arriesgo, para ganar. Es Talleres. Los rivales juegan, pero no renuncio a la idea.

Y se fue Hoyos, también los jugadores y otras definiciones sobre el estilo del DT. “Si quitás arriba, más cerca estás de ganar, y tras convertir redoblamos esfuerzos”, comentó Agustín Díaz, revitalizado y autor del gol con el que se abrió el juego (tiro desde fuera del área). Una senda que luego siguieron Ivo Chaves (el lateral que pasa y convierte), Gabriel Carabajal (al fin pudo convertir) y Diego Martínez (el goleador que entró desde el banco para decorar el marcador).

La forma, el triunfo y la goleada. El repunte colectivo, individual y un resultado que todos se debían. Hoyos, su libreta y la táctica. La punta, el arco en cero y cuatro goles después de mucho tiempo. Vienen Unión (el jueves), Defensores de Belgrano (el lunes) y la posibilidad de un ascenso anticipado; luego recibirá a Libertad. Cuando hace dos partidos, ni el triunfo alcanzaba. Apareció la forma, Hoyos y volvió el hambre de gloria. “Esto es Talleres”, dice el DT.

Síntesis


Talleres: Federico Costa; Rodrigo Chaves, Marcelo Herrera, Elías Bazzi, Lautaro Formica; Agustín Díaz, Nicolás Schenone, Beraldi; Gabriel Carabajal, Marcos Godoy, Patricio Rodríguez. DT: Ángel Hoyos.

Ferro: Emilio Crusat; Marcos Quiroz, David Lencina, Federico Paulucci, Brian Resch; César Cocchi, Heber Pedernera, Bruno Bazán, Maximiliano Re; Cristian González, Alexis Blanco. DT: Mauricio Giganti.

Goles: PT, 20m Díaz (T), 43m Chaves (T). ST, 6m Carabajal (T) y 30m Martínez (T).

Estadio: Mario Alberto Kempes.

Árbitro: Adrián Franklin.