Con el tanto a Ferro, el goleador llegó a esa cifra. Un carrerón en el cuadro albiazul.

Los números del artillero misionero son increíbles. Tiene casi un gol por ­partido: 29 goles (25 en el Argentino A y 4 en la B Nacional) en 36 partidos (28 en la temporada anterior, ocho en la actual). Pero el dato más gravitante es que cada vez que anotó, Talleres sumó.

Gonzalo Klusener anotó en 21 partidos (tiene partidos en los que hizo más de un tanto), que se discriminan en 13 victorias y 8 empates.

Es más, en las cuatro derrotas de la temporada pasada (Juventud Antoniana 0-2, Tiro 0-1, San Martín Tucumán 0-1 y Guaraní 0-2) y en las dos de esta (0-1 con Almirante Brown y 0-1 con Crucero) Klusener no hizo tantos y tampoco el equipo.

Las 29 referencias

  • 1 gesto. Tras el ascenso, donó sus botines al Hospital Pediátrico (ex-Casa Cuna). Lo hizo para colaborar con la institución, que realizó una rifa con las “botas” del artillero para recaudar fondos.
  • 2 en el debut. Los que le hizo a Sportivo. Fue de penal el primero y el segundo de cabeza. Talleres perdía 2-0.
  • 3 a Gimnasia y Tiro. “Kluse” le hizo tres. Fue un triunfo clave 4-2, al entonces líder del Argentino A. Ese día hizo uno de derecha, uno de zurda y el restante de cabeza.
  • 4 goles en B Nacional. El último fue ante Ferro, el lunes pasado. Tiene la misma cantidad de expulsiones en la “T”.
  • 5 apodos. “Klusegol”, “Klu-Klu”, “Golazo”, Gozalo” o su cuenta de twitter @gonzalok9.
  • 6 goles de zurda. Excelente.
  • 7 los de cabeza. Un “tercer pie” arriba.
  • 8 de penal. Falló uno solo.
  • 9 el número de su camiseta. Obvio.
  • 10. Fue la calificación que recibió el día del 4-2 ante Gimnasia y Tiro de Salta.
  • 11 de septiembre de 2004. Debutó en la red el 11 de septiembre de 2004, cuando anotó el primero de Defensa y Justicia al arquero Claudio Manchado, de San Martín de Mendoza (ganó el Halcón 2-1), por la quinta fecha del Apertura de la B Nacional.
  • 12 refuerzos. Cuando llegó Klusener a la “T”, ya estaban Bazzi, Aguiar, Chitzoff, Nievas, Bottino, Daneri, Brítez, Cháves, Velasco, Villarreal y Olego.
  • 13 de julio de 2012. Ese día le dio el sí a Talleres y se vinculó con la “T”. Fue “Trending Topic” (más mencionado) nacional en Twitter.
  • 14 goles hizo de local. Festejó adentro.
  • 15 de visitante. Y muchos más afuera.
  • 16 de derecha. Tremendo.
  • 17 partidos con Defensa. Hizo nueve goles.
  • 18 de junio de 2013. Klusener abrochó su renovación con Talleres.
  • 19 goles. Eran los que había convertido Sáez en la “T” en 38 partidos. Gonzalo llegó a eso en 22 partidos. También pasó a Riaño que tiene 28 en la “T”.
  • 20 minutos del segundo tiempo. El árbitro cobró penal a Leyes ante Gimnasia de Jujuy y Klusener no pudo convertir.
  • 21 en Unión (MdP). En 2010/11 y fue goleador del Argentino A. Le hizo dos a la “T”.
  • 22 partidos en Grecia. Fue al Thrasivoulos en 2009-10. Hizo nueve goles.
  • 23 tantos. “El Klusegol” superó los 23 tantos marcados por Miguel Antonio Romero en el Oficial 1960 de la Liga Cordobesa, el récord de tantos para un jugador de la “T” en una temporada. Antes había dejado atrás a José Zelaya, quien hizo 22 (B Nacional 1997/98).
  • 24 partidos. Carlos Godoy y José Reinaldi son, hasta aquí, los máximos anotadores de la “T” en una temporada, contabilizando más de un campeonato. Godoy ostenta el mejor promedio de goles del club: 1,03 por partido. En 1951 se despachó con 29 goles en 24 juegos (11 en el Preparación y 18 en el Oficial). “La Pepa” anotó la misma cifra en 39 partidos de 1978: tres en el Apertura de la Liga Cordobesa, cinco en el Clausura, dos en las finales del Oficial y 19 en el Nacional de AFA.
  • 25 goles en un año. Fue en el Torneo Argentino A con la “T”.
  • 26 partidos en Madryn. Hizo 11 goles. Ahí lo llevó Sialle.
  • 27 minutos del ST. El gol que le hizo a San Martín (T) fue el 2-0, el 16/9/12.
  • 28 de abril de 2013. Anotó su gol 24 ante Maipú, a los 23 minutos de juego. Pero, un rato después dejó a su equipo con 10 por una doble amarilla. Y no jugó el día del ascenso.
  • 29 goles y años. Hizo 29 tantos en 40 partidos (con Copa Argentina) en Talleres y son los años que tiene. Nació el 21 de octubre de 1983 en Misiones.

13/7/2012, el día que el “9” dio el sí


El 13 de julio pasó inadvertido en el Mundo Talleres. Quizá haya sido así porque estaba comprendido entre los festejos determinados por el ascenso del 6 de mayo, ante San Jorge y con 62 mil personas en el estadio Kempes, y por el pase a cuartos de final de la Copa Argentina ante el Newell’s campeón de Gerardo Martino. Pero el 13 de julio de 2012, hace ya un año y dos meses, podría ingresar tranquilamente dentro del cuadro de efemérides de Talleres.

No marcó ninguno de los tres ascensos, ni el título de la Conmebol. Ni siquiera está cerca de la fecha del centenario. Pero en esa fecha mencionada Gonzalo Martín Klusener le dio el sí a Talleres. Y ese día cambió para siempre su referencia dentro del planeta albiazul.

Como muchos otros goleadores, había impresionado por lucirse ante el primer equipo “tallarín”. Por caso en aquel doblete con Unión de Mar del Plata, equipo con el que fue goleador del torneo. Luego, el DT Arnaldo Sialle se lo llevó a Guillermo Brown de Puerto Madryn (lo había ascendido a la Primera B Nacional) y, luego, lo trajo a Talleres.

Desde el momento en que firmó contrato hasta hoy, Klusener no paró más. El lunes pasado convirtió su gol número 29 para el equipo de barrio Jardín. La cantidad, realizada en menos de 40 partidos, es tan importante como la calidad. Esa que también lo califica. Los hizo de zurda, de derecha (un detalle tremendo para los marcadores rivales) y de cabeza (mecanizó un movimiento en cada pelota aérea; al anticipar al defensor se asegura cabecear o que sea penal); desde los 11 metros (hizo 8 de 9 penales); estando bien abastecido y no tanto; con compañeros con grandes condiciones técnicas y con aquellos no tan favorecidos; obligado o motivado.

Siempre gravitó; convirtió, asistió o se llevó una marca para que otro compañero lo aprovechara. Aceptó la obligación de ser el goleador albiazul y la cumplió al pie de la letra. Aún cuando la decisión de venir a Talleres significó desdoblarse entre las exigencias que le planteaba cada partido y la atención de un familiar directo enfermo. Hasta sufrió el intento de un robo en medio de la negociación de su contrato. Y siempre cumplió.

Le fue bien y a Talleres también.