Pase y gol. La inteligencia de Agustín Díaz y el olfato del “9” fueron clave para superar a Alumni.

Día de victoria en el Mundo Talleres. Esperado, necesario para sus habitantes. Son Díaz de victoria. Lo fue el de ayer, con el 2-1 ante Alumni de Villa María; también aquel del 4-2 ante el líder Gimnasia y Tiro de Salta.

Ese triunfazo que para ser un hito de verdad necesitaba ser refrendado anoche en el Kempes. Para verle más de cerca la cara al líder e ir orejeando de a poco la clasificación que comprende al selecto grupo de los seis.

Son Díaz de victoria. De Agustín, el “7” bravo albiazul, asistidor increíble, jugador en plena evolución; y fundamentalmente de Gonzalo Klusener, goleador decisivo (tres en Salta y dos ayer). Inteligente, vivo.

Uno para asistir, otro para convertir. Son Díaz de Klusener. Suficiente para sostener la ilusión que portan los hinchas.

Esos 20 mil que anoche volvieron a dar muestra de fidelidad. Los mismos que sufrieron cuando el partido estaba 1-0 a favor del equipo de Héctor Arzubialde y que festejaron con el 2-1.

También fue suficiente para el DT Arnaldo Sialle, que anda tratando de forjar ese Talleres que salga de memoria. Que olvide sus miserias, o las minimice (un amanecer complicado; segunda e innecesaria expulsión de Gabriel Carabajal, por caso), y potencie sus virtudes, como el poder de gol. De los 25 tantos que Talleres suma en el torneo, 20 los marcaron entre el ex Brown de Puerto Madryn, Franco Olego y Alexis Olivera.

La fórmula del gol. “Estoy contento con el triunfo más que con mis goles. Insisto y como dije en Salta, no me subo al caballo. Aún no ganamos nada”, dijo Klusener quien con sus dos tantos alcanzó a Esteban Ciaccheri, de Rivadavia de Lincoln, en la punta de la tabla de goleadores del Argentino A.

El “9” se ha ganado el respeto de la gente, en un lugar donde la temporada pasada estuvo la dupla Sebastián Sáez-Claudio Riaño (anotaron 19 y 15 tantos, respectivamente). Porque en el pecho de la camiseta ya le pusieron las leyendas de Bravo, Zelaya, Bevilacqua y “Wanora” Romero, y con todas pudo convertir. Además de generar espacios, llevarse marcas y asistir.

Klusener factura. Como Agustín Díaz. Brillante asistidor del “9”. En el 1-1 aglutinó tres marcas, para darle tiempo al delantero a que picara al vacío. En el 2-1, llegó al fondo y le sirvió el balón para la atropellada. Gran cambio de Agustín. Ahora más determinante, lector del juego. Son Díaz de victoria. Díaz de Klusener.