Es cordobés y se mudó a Oceanía buscando una nueva vida. Pero su pasión por Talleres lo llevó a armar una filial y a convertir a "Richi" en hincha.

Nueva Zelanda, tierra de rugby, de los All Blacks. En cada espacio verde, suele haber una hache, como los arcos que hasta no hace mucho solían identificar a nuestros potreros, muchos de los cuales han desaparecido por el avance inmobiliario.

Richard “Richie” McCaw, capitán de los All Blacks, andaba de gira con varios de sus compañeros, por el interior neocelandés. La ciudad de Fox Glacier se preparaba para recibirlos. El crack bajó de un helicóptero y allí recibió un pedido. “¿Me podés sostener la remera así te saco una foto?”, le dijo en un inglés acordobesado, Diego Peralta, mientras le extendía una de Talleres.

McCaw tomó la pilcha y se dispuso a firmarla. “No, no. Quiero que la sostengas, así te saco una foto. Nada más”, lo frenó Peralta.

"Richie" lo miró extrañado, posó igual y se la firmó. “Me cagaba la foto si lo frenaba”, rememora Peralta. Los caminos de uno y otro, volvieron a separarse.

El líder de los All Blacks vive un gran momento y con un equipo que el 8 de septiembre chocará ante Los Pumas por la tercera fecha del Rugby Championship; y Peralta, en su condición de hincha, a ser un embajador de Talleres. Es el titular de la Filial Nueva Zelanda.

Una historia increíble. “Vendí todo, me recibí de chef y viajé por el mundo. Recalé allá, iba a estar un año y ya me quedé. La idea era que posara con la camiseta. Nada más. Pero fue increíble la repercusión que tuvo, tras subirla a Facebook. Es que los hinchas de Talleres estamos locos. Uno se levanta y va cantando una canción de cancha", contó.

Y luego, recordó lo que hizo por la "T". "Esa mañana vi un diario y había una foto de McCaw. Y automáticamente lo vi con la camiseta de Talleres. Lo imaginé. Y no la podía dejar pasar. Pedí un break en el laburo, donde soy cocinero y me fui. Todo el pueblo estaba. Me clavé ahí. Volví a acercame y le expliqué lo que era Talleres. Le hablé del momento deportivo, el peor. De lo que quería. ¿Y qué era? Le dije: 'A la gente de Talleres le va a venir bien esta foto tuya'. Le dije que la había imaginado. Me dijo buena suerte", repasó.

"El rugby es el fútbol de allá. El capitán de los All Blacks era como un Diego Garay nuestro. Pero el objetivo es que esa foto saliera en algún diario. Porque con la malaria que hay y la falta de resultados, los lunes son muy de mierda en cada laburo. Las cargadas, de terror. La esperanza era de que esa foto pudiera ser exhibida por los hinchas en la obra, en la oficina, en el laburo mismo como defensa. Que todos podamos decir: 'Tomá. Este es el capitán de los All Blacks'. Imagino verla colgada en los laburos de todos", explicó.

"Porque a los equipos que tuvimos no le entraban ni un insulto más. Quería darle eso a la gente. Que pudieran decir: 'Perdimos, pero mirá quién es hincha de Talleres. McCaw”, finalizó.

Peralta se vino a Córdoba porque fue nombrado jefe de filiales internacionales (se abrirá en Madrid), un fenómeno que llegó a 63. “Me vine con mi novia Katrin, que es belga. Son 13 afiliados de allá. Hay cordobeses. Yo no pude ser dirigente porque no tenía medios. No me dio para ser jugador. Pero podía ser un embajador de mi club y también quería ayudarlo económicamente. Pagamos el carné con los socios que hicimos allá. Fabricamos una remera. Los fondos de su venta fueron al semillero. El club me abrió la puerta”, rescató Peralta.

–¿Cómo se llama la filial?
–Puede ser “El Hincha”. Fue el que salvó al club.