Villita, el sueño. El volante vuelve a barrio Jardín. Dice que viene a saldar una “cuenta pendiente” a hablar de una sola cosa: el ascenso.

Un golpazo fue. Una mano que pegó en el corazón de los hinchas. Una noticia que al menos acalló las críticas por un rato. Nada estaba pasando y, en medio de la semana, saltó la noticia: “Javier Villarreal es el primer refuerzo de Talleres”.

¿Qué Villarreal? ¿El que pasó a Boca? ¿Ése? Así se lo preguntaban los hinchas que inundaron las redes sociales con sus repercusiones. Pero las hubo de muchas maneras. “Que está de vuelta”; “que jugó en Belgrano”; “que hay que ver cómo está”... un sinfín de frases que también contrastaron con las de los optimistas de siempre, esos que a pesar del fracaso deportivo de la temporada pasada ya están pensando en la que viene. Y así se afrontan los fracasos, con el pecho en alto, con la mente puesta en la próxima oportunidad.

El Villita de Talleres está de vuelta, en barrio Jardín, en el club que lo inició en todo esto y que le dio la chance después de llegar a ganar todo con Boca.

“Yo todavía no caigo. Aún pienso en que no puedo creer que vuelvo a Talleres. Es algo que no lo esperaba y que me pone muy feliz porque se dé”, le dijo a Día a Día en su retorno a Córdoba.

Villarreal, con su esposa Natalia y con sus hijos Lautaro, Alejo, Victoria y Emanuel viajaron en auto desde Paraguay a nuestra ciudad. Con la ilusión, con la calma también. Con el tono de buen tipo que se le siente.

–Te imaginarás Javier que como está el club hoy, no hay otra idea que la del ascenso...
–Yo vengo a ascender con Talleres. No me imagino otro objetivo. No tengo en la cabeza otra cosa. El único objetivo es subir y lo sé muy bien.

–Y el entrenador Arnaldo Sialle ya habló con vos, ¿qué te dijo?
–Sí, con Cacho nos conocemos. Ya lo enfrenté en Guaraní (Paraguay), y es un técnico que tiene ascensos, me motiva una persona como él que es ganadora. Me dejó la impresión de confianza y de tranquilidad.

–¿Entendés que hayan comentarios de algunos hinchas por tu pasado en Belgrano?
–Soy consciente de que hay gente que va a decir que jugué en Belgrano y es normal, es parte del futbol. No me fui de Talleres como quería y siempre mi intención fue quedarme. Nunca estuve preparado para irme a Buenos Aires, quería quedarme en Córdoba y se dio lo de Belgrano.

–Tras tu reciente operación de meniscos ¿estás bien físicamente?
–Sí, por suerte estoy muy bien. Estuve entrenando y trabajando en el fortalecimiento muscular. Fue una operación sencilla y común. Trabajé con normalidad. Llego listo para comenzar la pretemporada. Con muchas ganas.

–Aún estando en el Argentino A ¿seguís creyendo en eso de que esto es un sueño?
–Es algo espectacular. Y vengo por algo grande. Vengo a quedarme a ganar cosas con Talleres.

“Quiero cerrar mi historia con Talleres”

Es un tema espinoso aún para él. Como si estuviera esperando ahora que la herida cicatrice. Javier Villarreal ya porta sus 33 años de edad. De una dilatada trayectoria en el fútbol argentino, con experiencias cortas en Europa y un desarrollo muy importante en Paraguay. “Yo ya tenía mi vida hecha en Paraguay. Estaba muy cómodo allá”, le dijo a Día a Día.

Pero Villita sale a decir lo que siente, más que lo que piensa. Porque se da a conocer con un estado emocional que se vislumbra. Casi con dolor lo recuerda: “Siento en mi corazón que es una forma de poder devolver lo que hizo Talleres por mí. Hace 13 años me fui del club y nunca tuve la posibilidad de volver. Nadie me ofreció nunca nada. En estos 13 años nunca me habían llamado para volver al club”.

–¿Muy dolido estabas?
–Sí, encima uno era muy joven y sin experiencia. Algún día voy a contar por qué me fui así como me fui de Talleres. No tuve otras posibilidades. Me sentía muy mal. Me sentía como si un padre hecha a su hijo de la casa. Un gran dolor.

–Esto es algo que nunca nadie supo, ¿tenías una espina clavada?
–La tengo aún. Es así. Quiero cerrar mi historia con Talleres. Ascender primero, después seguir jugando por más cosas. Yo creo que hay mucho por ganar en Talleres, poco por perder. Que digan que estoy chau no hay problemas. Siento que mi corazón lo va a intentar. Y lo vamos a lograr juntos.

–Suena a una revancha.
–Es un regalo de Dios. Empecé a los nueve años y estuve hasta los 19. Ascendí. Me fui. Ahora vuelvo. Es el club que me formó, que me dio la posibilidad para que después me pasaran cosas importantes en mi carrera. Por eso vuelvo, a reconciliarme y para devolverle por lo que me pasó en mi carrera.

El DT Sialle llega y espera alguno más


Hoy arribará a Córdoba el entrenador albiazul Arnaldo Sialle y aseguró que espera encontrarse con alguna novedad más, para reencontrarse con sus jugadores y conocer a los valores nuevos de la T. Después de un viernes movido en el que se sumaron varios valores para la nueva temporada (a las confirmaciones de Javier Villarreal y Diego Aguiar) como Nahuel Santos (lateral izquierdo, viene de Santamarina), Jesús Nievas (central, de Almirante Brown), Marcos Carrasco (volante central, de Racing), Elías Bazzi (defensor central, viene del fútbol rumano) y los juveniles de Newell’s, Maximiliano Velasco (delantero) y Rodrigo Chávez (defensor lateral). Mientras ya se cierra la llegada de Albano Becica (volante de Racing de Nueva Italia).

El técnico quiere un delantero con chapa. Se sabe que gran parte de las fichas están puestas en Juan Tevez de Guillermo Brown de Puerto Madryn y la posibilidad del volante Gastón Bottino.

Mientras, otro de Racing que aparece con posibilidades es Pablo Vilchez, de buen final de torneo en la pasada temporada del Argentino A.

¿No siguen? Por un lado, el tema Claudio Riaño ya parece que está terminado, cerrado. El delantero tiene buenas ofertas para seguir su carrera en algún club de primera división y asoman algunos de la B Nacional. Pero la vista está puesta en la máxima categoría. Se habla de Unión, aunque puede haber un “tapado”.

Por otra parte, un tema claramente en la nebulosa es la continuidad de Juan Pablo Rezzónico. Parece muy difícil la permanencia del defensor en el club de barrio Jardín.