Habla Ledesma. El defensor de Talleres cree que el equipo dará batalla por la Promoción. Es autocrítico y dice que quiere el ascenso con la T.

Ni muy carismático, ni muy sumiso. No sabe demasiado de los carteles. De aparecer mucho. De ser así de marketinero. Y quizás piensa que eso, a la larga, le juega en contra. Para Walter Ledesma la notoriedad no es una alidada en su camino hacia la gloria. Más bien, con la almohada conversa de eso que quiere conseguir y que aún no llega. “Quiero el ascenso, pero no es una frase hecha. Yo quiero la gloria en Talleres”, le dice a Día a Día.

Esas frases remanidas, de disco rallado, son pronunciadas desde la sinceridad de querer torcer el rumbo. ¿Acaso hay jugadores que juegan solo por jugar? A veces sí, pero el defensor de Talleres juega por algo más. Porque quiere llegar a alzar los brazos en poco tiempo. “Creo que podemos pelear. Que tenemos con qué, que hemos hecho una digna fase final, aunque no se nos dio el objetivo principal que era el ascenso directo”.

–Fallaron de local...
–Sí, increíblemente veníamos con esa pelea de mejorar de visitante. Lo logramos. Ganamos muy buenos partidos y cuando lo conseguimos nos caemos en nuestra casa. Es increíble.

–¿Te sentís en deuda?
–Como todos, pero además, siento que no he tenido buenos partidos y que ha costado. Que también tuve un buen rendimiento. A la larga el equipo ha sido así. Nos tocó esa irregularidad. Por eso creo que Douglas Haig y Crucero del Norte son los más regulares y por eso pelean por el ascenso directo.

–No es común que haya jugadores que reconozcan sus errores.
–Yo sé que no tuve buenos partidos. Las últimas temporadas, en otros clubes jugué siempre de marcador central, acá el técnico me ha pedido que lo haga de lateral en casi todo el torneo. Y accedí, ahí no tengo excusas. Y creo que he fallado en algunos partidos y no hay por qué no reconocerlo. Y, como todos, he tenido buenos rendimientos.

–¿Sentís que es injusto a veces?
–Cuando hay mala intención sí. Y después están las circunstancias personales que nadie tiene por qué conocerlas. A veces salís con los chicos a la clínica, o se te enferman y vos no pegás un ojo. Y tenemos familias y otras atenciones personales como todos. Igual, estamos para esto ¿no? Sólo espero que no fallemos y que podamos terminar como todos queremos.