El defensor superó una severa lesión de la que en febrero se cumplirá un año. Volver será un triunfo, pero considera que quedar afuera de los seis sería tan grave como descender.

La conversación siempre termina con la misma reflexión. “Si no se hubiera lesionado Juan Pablo Rezzónico, la defensa habría sido otra y la historia hubiera cambiado un poco”, suelen decir Héctor Arzubialde o Gustavo Coleoni, los técnicos albiazules de la temporada anterior, cada vez que les toca defender su gestión.

Un argumento que tampoco se les cae de la boca a varios integrantes del Fondo de Inversión de Talleres.

Lo cierto es que el defensor sufrió la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha el 13 de febrero pasado ante Racing, en Nueva Italia (justo el día que prescindieron “Arzu”) y su recuperación se alargó más de los esperado. “Fue bravo y espero estar bien para dar todo. Es un momento durísimo el que nos toca afrontar. Pero el solo hecho de poder competir por un puesto es como un volver a vivir. Estaba ansioso por empezar a entrenar. Quiero empezar a sumar adentro de la cancha”, dijo “el Flaco”.

–La rehabilitación fue más larga. ¿Cómo la llevaste?
–Esta lesión me volvió loco. Me dijeron que era por seis o siete meses y ya al quinto me sentí bárbaro. Fui de pretemporada, había perspectivas, pero tuve una reacción adversa en la pierna: se me empezó a endurecer, en lugar de ablandarse. Tuve que pasar por otra operación. Lo peor de todo son las expectativas que no se cumplen. Cuando no podés, te amargás, te frustrás. La verdad es que la pasé mal, muy mal. Ahora que puede estar la chance de jugar, siento los mismos nervios que cuando debuté en 2001 con Racing. Desde ahí que no sentía tanto nervios. Estaré como un chico nuevo cuando me toque jugar.

–Antes de viajar a San Jorge, se hizo una práctica de fútbol y Arnaldo Sialle te hizo titular. ¿Hablaste con el DT?
–Fue hermoso. Ya con el solo hecho de pelear el puesto uno se siente jugador. Sentirte parte es importante. Cuando estás afuera, es bravo.

–¿Cómo te viste?
–Iré agarrando ritmo de a poco. Soy muy exigente y pretendo llegar al primer partido 10 puntos. No es fácil. Hay que bajar el nivel de exigencia y tratar de estar lo mejor posible en función del proceso que uno trae. Pero en la práctica de fútbol no siento la lesión. Por ahí, algo en los ejercicios de fútbol reducido. Por eso no veo la hora de que lleguen los amistosos para convencerme.

–Te toca volver en la urgencia: descontar cinco puntos en siete juegos para clasificarse. ¿Cómo administrás eso?
–La obligación mínima es clasificarse. Hay que ser realistas. No es fácil. Pero sin tener un pensamiento mediocre, siendo Talleres hay que clasificar si o si. Tenemos los pies sobre la tierra y no es fácil el panorama. Pero como jugador del plantel está clarísimo que si no clasificamos nos tenemos que hundir todos e irnos a vivir a otro lado. Sería un fracaso muy grande. Así que ojalá clasifiquemos. Para mí, no clasificar entre seis de 12 equipos y siendo Talleres es igual o peor que un descenso. Es lo mismo de grave. Siendo Talleres tenés que pelear el ascenso. Nadie te asegura el ascenso, porque se puede perder. Pero pelearlo es la obligación mínima. Trataremos de clasificar como sea entre los seis.

–¿Qué viste de los siete rivales?
–El primer rival somos nosotros. Ese plus de jerarquía individual que hay y el hecho de que seamos un plantel caro, por algo es. Nos fue bien en otros lados y hay que demostrar que valemos más que los otros equipos.

Retiran propuesta. El grupo opositor Talleres es de su gente dio por concluida la vigencia de la propuesta por la cual pretendían hacerse cargo del área fútbol del club. En esta movida fueron apoyados por el ex directivo Horacio Manzur.

El juez los derivó al fideicomiso y sus miembros al Fondo. “No hubo audiencia ya que derivaron al fideicomiso”, dice el comunicado del grupo.

En triple turno. El plantel continúa con su exigente rutina en el predio del club San Jorge. El sábado, ensayo.