El predio de Talleres cuenta con canchas alambradas y fue techado el gimnasio. Más allá que siga figurando como garantía de los acreedores, el inmueble mejora en obras y se sigue cotizando.

Hoy se cumplen seis años desde que se decretó la quiebra de Talleres, agobiado de deudas y desórdenes institucionales. Y para hacerle frente al inmenso pasivo, el activo más importante con el que cuentan los de barrio Jardín es precisamente el predio de las 24 hectáreas, que siempre estuvo en jaque, e incluso el ex juez de la quiebra Carlos Tale lo hizo tasar para avanzar con su liquidación. Hoy el complejo luce distinto.

El ex gerenciador Carlos Ahumada inició su recuperación, el Fondo de Inversión lo sigue reacondicionando, pero un grupo de socios e hinchas se desvive buscando aportes para mantenerlo. Se trata del grupo Viamonte, que días atrás consiguió los recursos para techar el futuro gimnasio, alambró tres canchas de entrenamiento y apunta a seguir creciendo.

“La verdad, da gusto ver el predio como está ahora, cuando tiempo atrás era un baldío gigante. No queremos ser ingratos, agradecemos a la gente del Fondo que nos dejó participar y que nos aportó dinero. Nos dio autoridad para manejar las cosas en el predio. Agradecemos también a los ex directivos Miguel Srur y Hugo Bertinetti, que siempre nos dan una mano”, contó a LA MAÑANA Jorge Herrero, vicepresidente del núcleo que componen 15 integrantes, entre ellos Alejandro Assieto, Carlos Quiñónez, Walter Suárez y Marcela Gelatti. La agrupación ya cuenta con personería jurídica, para darle más formalidad.

Obras. Los futuros proyectos tienen que ver con la terminación de siete canchas más, y completar obras en otros vestuarios y el buffet. Además, se completó el desmalezamiento. Las erogaciones de esas acciones rondaron los 250 mil pesos, y el núcleo aportó el 40 por ciento. La parte restante quedó a cargo del Fondo. “Los recursos se generan con eventos, aportes y sorteos. Acá todo se hace a pulmón. Colaboramos con la pensión tiempo atrás. Incluso Ernesto Salum sabe que cuenta con nosotros para que aportemos a los fines de solventar el enganche tan deseado por todos. Siempre estamos para colaborar”, agregó Herrero.

En jaque. El predio luce distinto. Años atrás, tenía inminente destino de remate. Y por más que ahora una parte de su totalidad sigue siendo garantía de liquidación en caso de que no prospere el pago de la deuda, las obras valorizaron más al inmueble, que en su momento fue tasado en casi 14 millones de pesos. Ya existen numerosas canchas, y en breve quedarán inaugurados nuevos vestuarios y el tan ansiado gimnasio ya tiene forma. De todas maneras, a seis años de la quiebra, el activo más importante de Talleres luce con más vida que nunca. Y se resiste a la liquidación.