El presidente se fastidió con la Policía, por la cantidad de efectivos, razón por la cual casi se posterga el partido del lunes a las 17, en el Estadio Mario Alberto Kempes.

La jornada de Antonio Ruiz comenzó tempranito. Con una reunión en la que debía firmar el contrato para la seguridad del clásico Racing-Talleres, pautado para el lunes a las 17 en el Estadio Córdoba. Pero... en una hoja se encontró con que su club debía abonar el costo total de la presencia policial, algo así como 450 efectivos. Y se puso loco. “Resulta que me sacan de mi cancha y que tengo que pagar más de ocho veces de lo que pago habitualmente (45 mil pesos).

Nosotros pagamos hasta 200 (20 mil), ni uno más”, explotó. Rápido, habló con las autoridades del Consejo Federal, el ente que regula al Argentino A. Se comunicó con Alfredo Derito, secretario de esa área. “No voy a pagar eso. Quiero jugar en mi cancha aún sin público, ni local ni visitante, pero basta de que nos metan el dedo... en la nariz”, le dijo a Derito.

A esa altura, ya entrada la tarde no se sabía si se jugaba el partido. Es que el Consejo no podía dar el okey para un encuentro sin la confirmación de la seguridad. “Le pedimos al Consejo que se juege en nuestra cancha o que reprograme el partido”, contaba Ruiz.

En el medio, el presi tuvo una reunión con Marcelo Bonetto en un café del Cerro de las Rosas. El técnico había deslizado que él no había “dejado todo” para que Racing sea local en su cancha. Y había abierto otro foco de conflicto. Pasó la siesta, con la reunión con Bonetto y la tarde caía con la sensación de que el partido no se jugaba. Mientras, Emeterio Farías, 1 de la Liga Cordobesa, convocó a la dirigencia de Racing a la central de Policía. Allí, recién a las 20.25 se confirmó que el partido se realizaría en hora y escenario pautado. ¿Cómo se resolvió?

Cerrando la jornada, Ruiz se lo contó a Día a Día: “Emeterio fue el único al que le importó Racing. en nombre de la Liga, se hizo cargo de lo que faltaba de pagar para el operativo de seguridad, como así también para el alquiler del Chateau.

Si no fuera por su intervención todo hubiera terminado. Porque sacando lo que hizo Farías, todo lo que pasó esta semana fue de lo más injusto. Todavía no sé por qué no nos dejaron jugar en Nueva Italia”.

Ruiz aclaró: “Es mentira que Racing decidía dónde jugar. El miércoles, el Cosedepro (Consejo Provincial de Seguridad) nos dijo que por decisión unánime y en ejercicio de la ley de seguridad, el partido iba al Chateau porque era el más seguro. Entonces, yo dije que quería jugar en el Sancho con público local. Y me respondieron que eso también estaba denegado por temor a que haya hinchas de Talleres infiltrados y que eso podía complicar la seguridad. Entonces... no sé qué van a hacer en febrero cuando el Chateau no se pueda usar”. El presi siguió reclamando: “Así, seguro que el año que viene van a encontrar a Instituto más seguro que el de Racing... No digo que el Cosedepro es funcional a Talleres porque me van a demandar, digo que desde muchos lugares a Racing lo ningunean. Y la Policía es el ente que más nos ningunea. A mí no me da vergüenza ser hincha de un club como Racing, pero que no nos tomen el pelo. No era por plata, yo quería jugar en mi casa”.

–¿Y su relación con Bonetto?
–A Bonetto le quedó en claro que Ruiz hizo todo lo posible. Yo no soy llorón como los que no querían jugar en Nueva Italia. Y con Marcelo quedó firme que tenemos que trabajar unidos y no dejar que los de afuera nos quieran separar. Así lograremos el objetivo de ascender.

La historia de la suspensión que no fue. Y un Ruiz que aún no calla.