El 8, chocho. Víctor Cejas fue una de las figuras albiazules en el 3-1 sobre Alumni. “No importa la tabla, importa el crecimiento del equipo”, afirmó.

Un puñado de meses atrás jugaba en un estadio coqueto, pero bien chiquito. En una ciudad que alberga apenas a unos 19 mil habitantes. Allí, el peticito volante por derecha ya hacía de las suyas siendo una de las principales figuras de Libertad de Sunchales, un club mucho más conocido por sus hazañas basquetbolísticas en la Liga que por su chapa futbolera.

Ocho años estuvo allí defendiendo los colores de la institución aurinegra. Poniendo el lomo cuando el equipo jugaba en la Liga local y formando parte del exitoso plantel que fue escalando categorías hasta lograr un ascenso inolvidable para la ciudad en el año 2007, derrotando en la final a Deportivo Maipú de Mendoza, en la cancha del Botellero.

Hasta que, a mediados de junio de este año, Víctor Cejas recibió un llamado que cambiaría su carrera. Del otro lado del tubo Andrés Rebottaro, el entonces DT de Talleres, lo tentaba para venirse a la Docta. Tito había quedado obnubilado con la actuación de ese número 8 que le complicó la vida a su equipo la temporada pasada y que, incluso, le marcó un gol.

Pero... el rosarino pegaría luego el portazo y sería Héctor Arzubialde el encargado de decidir si Cejas “estaba o no” para titular en la T.

Más temprano que tarde, el Chiqui (su apodo) se ganó la confianza del DT a puro despliegue por la banda derecha. Debutando en la derrota 1-3 con Sportivo Belgrano, jugando un buen primer tiempo en la victoria 2-0 sobre Juventud Unida, marcando un gol en el triunfo 2-0 sobre Desamparados (en San Juan) y siendo una de las figuras el domingo en el 3-1 que logró el Matador sobre Alumni, Cejas hoy parece inamovible en el esquema de Arzu.

“Estoy muy contento. Uno siempre tiene aspiraciones de jugar, pero se ha dado todo muy rápido. Cuando se fue Rebottaro yo tenía que demostrar que estaba para jugar. Vengo de menor a mayor y creo que todavía tengo mucho más para dar”, le dijo ayer Cejas a Día a Día, mientras descansaba junto con su novia en Sunchales y luego de haber compartido un asado familiero al mediodía en su pueblito natal: Lehmann (Santa Fe).

“Anduve de acá para allá hoy (por ayer) pero valió la pena. Uno quiere aprovechar los días libres para estar cerca de la gente más cercana. Se los extraña la verdad”, contó el mediocampista que hizo un tremendo desgaste ante el elenco de Villa María, ganándose los aplausos de la platea albiazul.

“Hace poco que llegué a este club, pero estoy al tanto de su historia. Sé que siempre llevó mucha gente y que su hinchada está acostumbrada a ver un equipo que juegue cosas importantes. Antes me alentaban cuatro mil personas. Hoy lo hacen 20 mil por partido y los cambios son muy grandes. Lamentablemente Talleres está hoy en el Argentino A y las expectativas del grupo pasan por devolver a este club al lugar que se merece. Ojalá lo logremos”, deseó el volante de 27 años.

No hay que agrandarse. Los números marcan que la T es puntera del Grupo 2 y que lleva abrochados tres triunfo al hilo. De todos modos, Cejas sostiene que el momento tampoco amerita tirar manteca a techo. “No te podés relajar. Esto es larguísimo. Nosotros no miramos la tabla. Nos importa más que el equipo siga creciendo. Todos apuestan el doble cuando juegan contra Talleres y la obligación para el grupo es estar a la altura de las circunstancias”, cerró.

Víctor tiene el sacrificio entre ceja y Cejas y se ha ganado su lugar en la T. Ahora, el 8 va por mucho más: un ascenso a la B Nacional.