El DT quiere un equipo en la cancha y un grupo en del vestuario. “Allí está la verdad del fútbol”, dijo a Día a Día.

Las horas se consumían como la cera de una vela derretida a la medianoche. Tito Rebottaro estaba en su habitación de hotel, masticando la noticia que el teléfono grisáceo acaba de entregarle. La partida de Tito se precipitó de manera proporcional a la llegada del nuevo entrenador, ese que hoy abre los ojos como un alumno que está por dar una lección frente a la maestra. Los ojos perturbados por la concentración se trasponen hacia las preguntas que hoy contesta como director técnico de Talleres. De este Talleres embarcado en la tempestad de su peor mar, buscando la calma de la orilla, la que lo abrace en el paraíso de un ascenso que aún se posa sobre un horizonte lejano.

De aquellas horas sombrías que dejaban en el camino al bigotón Rebottaro, apenas paso poco más de un mes en el que ya se encuentra el Topo Arzubialde, renegando, peleando contra las preguntas, respondiendo como un brillante Nalbandian: sin errores forzados y con bolas de fuego a los extremos.

“No ganamos un torneito. Nosotros pusimos todo”, fue la contestación tras la obtención de la Copa Córdoba, el torneo de invierno que levantó la T mientras hacía su pretemporada. Se pone nervioso por ser preciso. Arzubialde no quiere titubeos desde su garganta. No acepta temblequeos de sus labios. No quiere que nada esté fuera de su eje. Porque el entrenador de la T sabe que los momentos que se le vienen correrán a velocidad huracanada. Y sabe también, o lo pretende, que este Talleres juegue de otra manera a la pobreza de ayer. El pálido empate 0-0 ante General Paz Juniors le sirvió para ver otras cosas más allá del resultado. El DT quiere que sus muchachos vuelen, que roten, que construyan. Pero hoy el nivel dista mucho de lo pretendido. “Nuestra idea se dio por cumplida que era buscar más minutos de fútbol. Queríamos que hicieran hincapié en el cambio de marca, trabajar bien en el medio. Futbolísticamente tenemos que encontrar circuitos de juego”, fue la primera autocrítica del técnico ante Día a Día.

Es que la T no tiene juego sin un enganche. Y como ese es el esquema elegido (4-4-2) Arzubialde quiere variantes. Que los del medio se muevan porque es imposible generar algo si están estáticos. Y como no le trajeron el armador que se pretendía, entonces se ata a jugar con lo que hoy cuenta. Se sabe que el plantel no está en una línea de plenitud en este momento. Y es por eso que tiene que echar mano a lo que tiene, entendiendo que hay lesionados en el camino, futbolistas que no llegaron a un pico de rendimiento esperado aún y algunos que todavía se están adaptando. “Tenemos que tratar de generar más juego. Desde lo físico también tenemos que tratar de crecer. Vi al equipo más aplomado. Tenemos algunos jugadores lesionados que están buscando su mejor performance para llegar bien. El día domingo comienza otra historia y habrá que empezar a sumar”, expresó.

Se sabe bien que Talleres debe mejorar y mucho. También se entiende que el equipo jugará por los puntos desde la semana próxima cuando debute ante la Academia de Nueva Italia por la primera fecha del Torneo Argentino A, en el Estadio Córdoba. El técnico no quiere dejar librado nada al azar. Quiere que todos estén en las mejores condiciones, listos para pelearse el puesto unos a otros.

–¿Hay jugadores que tienen que interpretar mejor el juego en el medio?
–Hay que hablar de Talleres en su conjunto y mejorar todos, trabajar, leer el juego, partidos, rivales. Esto lo hemos hablado esta semana. Nos vamos a ver las caras muchas veces en este torneo y hay que trabajar para que esto no se torne previsible. Deberemos tener imaginación de nuestra parte, primero en principal. Trabajaremos para no ser previsibles y uno se termina conociendo de memoria. Tenemos que encontrar una generación de juego más allá de la solidez y el equilibrio a lo largo de todo el año. Que Talleres va a tener la obligación de salir a ganar en todos lados eso es así, con distintos sistemas, depende lo que nos ponga el rival. Tengo mucha confianza en el trabajo que vamos a comenzar a partir del domingo. Es un camino largo. Si somos equilibrados y con agresividad, encontrando los circuitos de juego que nos están faltando, seguramente que vamos a estar bien en el torneo.

–Habla de generación de juego...
–Porque la generación de juego es muy importante, sino sos uno más. Sin juego se pueden ganar partidos también con otras cosas en estos torneos. Yo aspiro a ser un equipo aguerrido pero si no le adosamos generación de juego se nos va a complicar en más de una oportunidad.

–¿Y cuáles son las alternativas?
–Las tengo que encontrar. Tengo que ir viendo. Tenemos variantes, pero mi esquema hoy es sin enganche definido. Tengo que tener volantes rápidos por fuera, laterales con salida, movilidad de delanteros.Yo creo que tenemos un buen equipo. Hemos hecho fútbol con jugadores como Leyes, Riaño, Solferino, Trulls y a Pereyra que hay que esperarlo dos meses. Tenemos algunas prioridades, le tengo que dar minutos a Monay porque lo necesito tener bien.

–Y hoy se dispone de éstos jugadores.
–No, no... Cuando yo era jugador y escuchaba al técnico que decía ‘esto es lo que hay’, me daban unas ganas de putearlo tremendamente. La realidad es que hay un muy buen equipo. Tenemos que encontrar un mejor andamiaje de tres cuartos hacia adelante. Hay jugadores que tienen que crecer y volver a estar como variantes concretas. Fijate que Cejas (desgarro) no va a llegar para el arranque; Rezzónico se complicó con otra lesión.

–Sin cargar las tintas en lo que hoy vio la gente ante Juniors, el hincha espera otro equipo ante Racing, el domingo.
–Y sí. Nosotros tenemos que encontrar variantes y saber cambiar cuando sea necesario. Yo creo que Talleres a partir del domingo comienza una historia de nuevas sensaciones y de exigencias permanentes. El hincha como nosotros, lo primero que quiere es ganar. Nosotros queremos arrancar ganando contra Racing.

–¿Es importante, significativamente, que el jugador entienda de la necesidad de un grupo más allá de un equipo?
–Nosotros tenemos que tener una mística determinada, más allá de donde nosotros juguemos. Nosotros a donde sea vamos a salir a ganar con uno u otro sistema para que todos (los jugadores) se sientan importantes.

–Y esto también se construye adentro de un vestuario.
–Yo creo que la verdad del fútbol está dentro del vestuario. Nosotros podemos salir y decir algo y no te digo nada de lo que pasó allá adentro. Hay que ser inteligente y lo más importante pasa adentro del vestuario. No hay que mentirse adentro del vestuario porque la realidad está ahí adentro. Pero el jugador de fútbol no es tonto y tiene autocrítica. Yo soy el primero en tener autocrítica. Para mejorar hay que tener autocrítica. Nosotros vamos a estar bien y que vamos a ser un equipo que vamos a llevar bien puesta la camiseta.

Lo que queda por ver es eso. Si este Talleres va a llevar bien puesta la camiseta desde el domingo, cuando la verdad por los puntos ya sea inevitable. Arzubialde ya demostró que cree en este equipo.