El médico de la “T” dio pautas al plantel sobre el control de la ira, el estrés (causa desgarros), el entrenamiento “invisible” y el sexo.

En pocos días más Talleres comenzará a participar en la Fase Eliminatoria del Clausura del Argentino A, un pentagonal de cuatro partidos y en el que sólo un equipo se clasificará a las semifinales, la instancia previa a la final por el ascenso.

Semejante responsabilidad cargará de presiones y estrés a los jugadores albiazules, con quienes el médico del plantel, Julio Ferreyra, un profesional de vasta experiencia, mantiene charlas diarias.

–¿En qué aspectos está tratando con el plantel?
–Este pentagonal que incluirá sólo cuatro partidos y en el que se clasificará únicamente un equipo, implicará un gran estrés en los jugadores, que les puede deparar desequilibrios entre lo psicológico, lo físico y lo social. Y cuando digo lo social me refiero al entorno en el que vive el futbolista. El jugador sufre presiones y el cuerpo las somatiza. El estrés es un factor fundamental en los desgarros musculares.

–¿Por ejemplo cuáles?
–Arrancamos hablando de los controles antidoping sorpresivos que pueden aparecer ahora. Ellos no están acostumbrados, así que les pedí mucho cuidado. También hablamos de la atención que deben tener respecto de las personas que se les acercan y pueden ofrecerle, de buena fe y sin saberlo, algún medicamento que esté prohibido. En el partido con Ben Hur, un jugador de nuestro equipo, no importa quien, tomó agua del bidón del equipo contrario y por supuesto le advertí del error que estaba cometiendo. ¿Qué sabemos si ese líquido tiene una sustancia prohibida y aparece en un antidoping? Hay que dudar de todo.

–¿Habló de otros temas?
–Del dominio de la ira que deberán tener en esta instancia. De cómo sobrellevar el miedo y la inseguridad. Por lo que se juega, algunos pueden tener agresividad o cierto malestar, y deberán controlarse, por las amonestaciones y expulsiones.

–¿A su rol de médico le suma el de psicólogo?
–Y sí. Yo soy especialista en medicina del deporte, doy clases en la Universidad y la parte psicológica la manejo bien. A veces para no entrometerme en otras áreas hago participar a profesionales de la salud mental. Talleres tiene una psicóloga que atiende casos particulares. Pero yo me he dado cuenta de que el mejor psicólogo para un deportista es su médico de cabecera, al que le tiene confianza. Y yo soy el médico de cabecera de todos ellos.

–¿Y el control de la ira?
–Que comiencen a pensar en esto en la casa, antes del encuentro, que aprendan a contar hasta 10 antes de la reacción. Seguramente los van a agredir, les van a tocar las zonas pudendas para que reaccionen, les insultarán a la madre o los pincharán con algo. A la corta los que van a salir perdiendo son ellos y el equipo. Y esto va de la mano de la necesidad de no caer en existimos ni relajarse, porque aún no se ganó nada.

–También está lo del entrenamiento invisible...
–Les dije hasta que día pueden hacer el acto sexual, de las trasnoches y cómo evitar las alimentaciones copiosas, en la que incurren, aunque después lo nieguen. El aspecto dietético es primordial, como también las condiciones de higiene.