La Cámara de Apelaciones confirmó que el juez seguirá a cargo de la quiebra. El gerenciador Carlos Ahumada no logró que lo aparten. Igual, ambas partes convivirían hasta mediados de 2009.

De cuando en cuando, el mundo Talleres vive y se desarrolla en Tribunales. El de ayer, no fue un viernes cualquiera: era el día en que se iba a decidir si le hacían lugar al pedido de Ateliers SA y su hombre fuerte Carlos Ahumada, que pretendían el apartamiento del juez Carlos Tale del proceso de quiebra.

Un enfrentamiento con una dinámica impensada si se pensaba en lo bien que se llevaban las partes a principios de este año (ver “Las claves”).

No estaban los hinchas o los socios, esos que sabían ir al Chateau o ahora van la Boutique. El lugar no decía mucho, pero allí es donde se deciden cosas importantes como en el césped. Se trata del segundo piso de Tribunales. Una placa dice clarito: “Cámara Tercera de Apelaciones Civil y Comercial”. Este organismo –ahora incorporado a la vida albiazul–, iba a “definir” si habría cambio de juez. No había mucha expectativa, sólo una abogada que pedía un expediente. Antes de las 10, la sentencia se hizo pública. “No hacer lugar a la recusación con causa y disponer que debe continuar entendiendo en estos autos el señor juez titular del Juzgado de 1ª Instancia y 13ª Nominación en lo Civil y Comercial”, decía el texto de la resolución de la Cámara integrada por Guillermo Barrera Buteler, Beatriz Mansilla de Mosquera (ex jueza de la quiebra de Belgrano) y Julio Fontaine.

La Cámara daba por tierra con el pedido de la gerenciadora que pedía el apartamiento de Tale porque creía que había adelantado juicio en una entrevista que le concedió a La Voz del Interior, el 16 de noviembre pasado. El juez indicaba que extendería la concesión sólo hasta mediados de 2009, para no afectar el rendimiento del equipo, y que la venta de los bienes sería la alternativa para pagar el pasivo.

Con el contrato vencido, Ahumada se vería fuera del club y sin la chance de recuperar los 16 millones de pesos, según estimó que es su inversión. Como el juez rechazó la prórroga del contrato y no le hizo lugar a su apelación, acudió a la Cámara con el argumento de que el juez se había expresado sobre un tema recurrido por Ateliers (la continuidad), y que aún no tenía sentencia.

“El” fundamento. “Esta Cámara no halla un adelanto de opinión que pueda comprometer su imparcialidad sobre cuestiones que él tenga pendientes de resolver sino que, en todo caso, se vinculen con la decisión que había tomado en el decreto del 11/8/08, por el que dispuso no hacer lugar a la prórroga de la concesión de dos períodos de tres años”.

Las claves

Un tiempo que fue hermoso. La llegada de Carlos Ahumada a principios de este año (le compró la concesionaria Ateliers SA a Carlos Granero) y su probable continuidad hasta 2014 podían ser la solución para un proceso de quiebra que, al cabo de 4 años, había hecho un pago de 800 mil pesos contra los 25 millones de pesos que debe el club. Se había acordado un nuevo pliego en el que la SA iba a pagar 1,5 millón de pesos de canon semestral contra los 200 mil actuales. Pero todo quedó en la nada y derivó en el decreto de agosto pasado por el que el juez Carlos Tale le negó a Ahumada la prórroga y limitó su gerenciamiento al 31 de diciembre, con la chance de extenderlo hasta el final de la temporada futbolística.

El contraataque. Ateliers recurrió ése y otros decretos del juez, que lo intimaban a dejar el club al día. Y se dirigió la Cámara 3ª de Apelaciones, en lo Civil y Comercial.

Habló Tale. Le dijo a este diario que el sistema de concesión había fracasado y que la SA continuaría hasta mediados de año sólo para no afectar la campaña deportiva.

A recusarlo. La SA pidió a la Cámara el apartamiento de Tale por anticipar su opinión sobre un decreto apelado, aun sin sentencia.

Tale confirmado. La Cámara no hizo lugar a la recusación.