Opinión


Gabriel Rodríguez /
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La única verdad es la realidad, dice un viejo refrán. Sino que lo diga Salvador Capitano, quien se lavó la boca contra LA MAÑANA hace unos 15 días, aproximadamente, cuando empató en el último minuto ante Chicago, situación que no sólo le dio aire más bien un agrande del que no quiso despertar.

Este diario publicó en la previa del partido entre el “Torito” y Talleres que ese partido era clave, vital para que Capitano siguiera comandando el barco albiazul, pues en ese momento (y quizá mucho antes) ya habían surgido voces en contra sobre la manera de manejar a Talleres -desde lo futbolístico- de Capitano. Y es más, se hablaba de dos potenciales candidatos a sucederlo si las cosas no le iban bien.

Ese empate de Miralles ante Chicago le dio la chance a Capitano de despotricar contra los que lo criticaban y especialmente contra este medio.

La pregunta sería: ¿Ahora qué dice Capitano? ¿Qué los periodistas, la prensa, inventan cosas? Nada más alejado de la realidad.

No es cierto que Capitano no lee diarios, ni escucha radios, ni mira televisión. Nadie cree que se haya enterado de lo que escribió este diario por boca de sus colaboradores.

Y por si fuera poco, fue él mismo quien anunció que sería el primero en irse si no le encontraba la vuelta al funcionamiento colectivo de Talleres. Claro que la cantidad y calidad de los jugadores que trajo, no se condijo jamás con lo que el equipo mostró hasta acá. Porque no vamos a ser necios: todo el mundo sabe que de 11 fechas, el único partido que Talleres jugó bien y mereció ganar fue el clásico ante Instituto. Que antes o después haya sacado puntos que lo encaramaron en los primeros puestos, fue por la exclusiva performance de las individualidades que ostenta. Y eso no habla bien de la táctica de un técnico que se tildó de ofensivo, llevó 25 jugadores para armar un equipo y no lo logró. Además, y no es por hacer leña del árbol caído, Capitano siempre fue blanco predilecto desde que llegó a Talleres y no pocos aventuraban la fecha en que el entrenador dejaría de conducir los destinos de la “T”.

Capitano ya es historia en Talleres, pero que quede en claro que la prensa o este diario no mintió. Al primer tropezón serio se iba a ir. ¿Dónde está Capitano ahora?