De rebote
Hugo García / [email protected]
Con un gol en contra, a 5 minutos del final, Talleres igualó 1-1 con Aldosivi. El empate no conformó a nadie.
La idiosincrasia futbolera cordobesa no abandona a los hinchas de nuestros clubes, ni en el peor momento. Ahí se marchaban dos hinchas de Talleres con sus penas a cuestas. El 1-1 ante Aldosivi, carambola mediante y desopilante, dio pie para que uno le dijera al otro: "¿Y loco? Estás muerto. Ya va a salir". La respuesta no se hizo esperar. "No sé. Hasta Elvio Martínez tiró una rabona. Esto no es Talleres. ¿Por qué no traen a 'la Bruja´ que pidió Gareca, a ver si algo cambia?".
Sí. Ni la imagen del final, esa que suele ser la que más retiene el hincha porque tiene el poder de tapar a las otras, le sirvió a Talleres para moderar el malestar de sus hinchas y la resignación que parece dominarlos.
Ese córner de Villarreal -un disparo al primer palo sin destinatario-, que se convirtió en el 1-1 por la infortunada intervención de Garat, a 5 del final, ofrecía un tiempo para ganar y algo de alivio a sus hinchas. Pero cuando el juez riocuartense Juan Dardanelli pitó el final, la gente se acordó más de todos los estigmas que convirtieron a este equipo en el último del torneo, en el peor momento de su historia deportiva y del que nadie parece en condiciones de salvarlo.
Desesperado. ¿Cómo es que Talleres llegó tan apremiado al final? Sencillo. La "T" salió a buscar el partido, pero sus limitaciones no lo perdonaron. No tuvo el fútbol que presumía la presencia de Diego Garay ni creadores alternativos. Ceballos y Píriz (se encontraron una sola vez en todo el partido) quedaron aislados y no tuvieron mayor fortuna en sus arrestos individuales.
Luego, siguieron las dificultades para avanzar: fallaban hasta el más corto de los pases, los laterales iban para los contrarios y en los tiros de esquina ni siquiera podían levantar la pelota. Y en el fondo, empezó la oferta de espacios, sobre todo a espaldas de Baroni.
Con ese panorama, Aldosivi no tardó demasiado en perderle el respeto. Liendo y Martínez no tuvieron problemas en abastecer a Leclercq y Suárez. Un par de voladas de Pozo evitaron la apertura del marcador. El ingreso de Mannara le dio algo de orden a la "T", que logró llegar con un remate de Píriz.
Pero apareció un descuido, Garat le ganó inexplicablemente a Malagueño, y su centro encontró libre de marcas a Liendo para convertir el 1-0, a los 34 minutos del segundo tiempo.
Talleres se encaminaba hacia otra derrota segura. Pero la suerte, que unos minutos antes le había negado la apertura a Villarreal (De Olivera le hizo rebotar la pelota y no entró por poco), le sonrió al final, tras la desventura de Garat.