Por Hugo García.
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Talleres sabe que el 1-0 con El Porvenir no fue justo y tuvo millones de defectos. Es cierto que en el fútbol tiene más gracia ganar con "la propia" (en este caso, la mejor versión de la "T" sería con Rafaela, esa del neto protagonismo). Pero también es de sensatos que cuando te falta lucidez para concretar tu plan, bueno es asumir limitaciones para poder trabajar sobre el error del rival y sorprenderlo. Y Talleres hizo eso.
El gol de Espíndola llegó cuando nadie lo esperaba. El cuadro albiazul ya se había quedado sin Leguizamón y su pequeño ratito de lucidez que duró hasta los 25 minutos del segundo tiempo.
El Porvenir había sido superior casi toda la noche. Le había generado cinco situaciones claras de gol y lo arrinconó al final. Talleres sufrió como contra Huracán, la victoria quedó a salvo y estará en el DT y en los jugadores la decisión de cambiar el plan. Para no seguir sufriendo.

Asomó "El Porve"
El Porvenir salió a aprovechar el mal momento futbolístico de Talleres, que pareció no haber regresado de su frustrante visita a Salta (1-4 frente a Juventud Antoniana incluido). Con un libreto muy sencillo, "El Porve" casi se va ganando al cabo de los primeros 45 minutos.
Ramiro Leone y Diego Yanzi, por las bandas, llevaron a Martín Cabrera y a Ezequiel Lázaro mucho más cerca del arquero Argüello que de los delanteros Coria y Leguizamón. Ese argumento fue suficiente para romper el circuito de juego de Talleres y agigantar sus dudas.
Además, Mariano Monroy estaba inspirado y desacreditó el esfuerzo de Ruggiero y Zárate, la dupla de volantes centrales que ayer mostró la "T", por marcarlo.
Si Talleres no se fue perdiendo al descanso, fue porque "el Mosquito" le acertó al travesaño tras una pelota que Ruggiero dejó corta. O porque, antes, no hubo quien empujara al gol un centro atrás de Rivas, con Argüello vencido.
Talleres sólo dio señales de vida con un remate de Coria, que fue bien conjurado por Dubra, en los instantes finales del primer período. Todo un síntoma del mal juego que había mostrado el equipo de Saporiti.
Cambiar para ganar
El DT albiazul tenía claro que el trámite del partido debía cambiar. El 3-4-1-2 le dejó paso al 4--3-1-2 con un solo cinco (Zárate) y que prometía más compañía para Bustamante.
Fueron 25 minutos en los que Talleres quiso cambiar la imagen del comienzo y para que su gente dejara de pensar en que El Porvenir había sido el mejor; sí, el que hoy desciende en forma directa era más que el que busca ser protagonista.
"Busta" y Leguizamón tuvieron las chances más claras. Vino la expulsión de Leguizamón y antes de que Talleres comenzara a sentir la inferioridad numérica llegó el gol de Espíndola. Centro de Gill, Dubra que se complicó con Cabrera y el ex Boca que la mandó adentro.
"El Porve" redobló esfuerzos, pero entre Argüello y su falta de puntería no pudieron modificar el triunfo. Lo mejor que le pasó anoche a Talleres.