Profunda y sentida reflexión de Alexis Olariaga, el histórico preparador físico albiazul que hizo volar al equipo de Medina.

“Mirar atrás y saber que sufrimos y disfrutamos el camino. Un año que se va, que por muchas razones no quiero que se vaya más. 53 partidos jugados (más los amistosos), 400 sesiones de entrenamiento, 1000 horas trabajadas en el campo (muchísimas más fuera de él). Agradecido a TODOS!!”.

Si el Talleres de Alexander Medina voló y cumplió con la marca de la intensidad fue porque tuvo una preparación física acorde como la que lideró Alexis Olariaga, a quien corresponde la expresión inicial fijada en su cuenta de Instagram.

El profesor, que es un hijo dilecto albiazul ya que se formó en el club y alguien a quien Andrés Fassi conoció en su etapa inicial como colega hace décadas, acostumbró a sus seguidores a los posteos con mensajes motivadores para la marcha del equipo, que cerró un año 2021 increíble.

Esta vez le puso palabras a un viaje a la intimidad de este Talleres que fue subcampeón de Copa Argentina y tercero en Liga Profesional, además de su buen participación en la Copa Diego Armando Maradona. Hizo un reconocimiento a los que fueron parte del día, sobre todo a los que tuvieron menos exposición. Esos a los que llamó, “los invisibles”.

“....Los jugadores que dejaron todo y se dejaron ayudar cada día para plasmar una idea en el campo de juego. Tanto los que jugaron 2500 minutos, como aquellos que no jugaron. Todos ayudaron siempre. Los compañeros de trabajo: que buscaron hacer lo mejor cada uno de los días (de lunes a lunes). La estructura del club (yo los llamo los INVISIBLES): que nos dio lo mejor que estuvo a su alcance. No somos iguales que antes, todos juntos crecimos, nos superamos ante la exigencia, desarrollamos habilidades para sortear dificultades”.

Finalmente, se refirió a los “socios del silencio” y al respeto que ganó la plaza local.

“El haber llegado a esos lugares y posiciones de privilegio nos transformó en mejores personas y profesionales, sin lugar a dudas. Momentos mágicos que vivimos junto a nuestras familias. Ellos sí que saben de sufrir y disfrutar, son nuestros socios del silencio. ¿Duele? Sí que duele el alma… pero pronto ese dolor se transformará en cicatrices de guerra. Nos acostumbramos a jugar cosas importantes. El fútbol de Córdoba ganó respeto.

EL CAMINO ES POR ACÁ!!”

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