Antes y después del golpe de Bolado y del penal-tiro libre, el equipo que dirige Medina explotó el cuarteto Moreno-Bustos-Menéndez-Fragapane y el doble “5” Cubas-Mauri.

Es indudable que Godoy Cruz quedó condicionado para siempre en el juego cuando Juan Cruz Bolado voló para salvar un tiro de Nahuel Bustos (dio su cabeza contra un palo) y por el fallo de Darío Herrera y sus colaboradores (dio penal de Enzo Díaz a Marcelo Freites). Pero también es cierto que Talleres volvió a poner en escena argumentos ofensivos suficientes como para soportar las consecuencias de cualquiera de esas limitaciones que le han costado puntos muy valiosos en esta Superliga.

Se trata, claramente, de una apuesta que Alexander Medina volvió a sostener a capa y espada. Dayro Moreno (tres asistencias, un tiro al travesaño y dos mano a mano perdidos), como cerebro de cada ataque albiazul; Nahuel Bustos como un artillero implacable (hizo el 1-0 parcial y casi hace uno de mitad de cancha); Jonathan Menéndez (esta vez jugó más por derecha y llegó al gol nuevamente, tras una sequía prolongada) y Franco Fragapane (por izquierda, llegó dos veces al gol y también participó de la mayoría de los ataques).

Y a ese cuarteto se sumó el “doble 5” que formaron Adrián Cubas y José Mauri. Fueron impasables en la marca y siempre la dieron redondita. Para el cuarteto mencionado fue fundamental tener ese pase de calidad y para el fondo, no hablar.

La cobertura defensiva también se vio respaldada por la gestión de la dupla volantes centrales. En el Malvinas Argentinas, dejó de estar expuesta como en otros partidos como se vio ante el mismísimo Racing de Avellaneda o Lanús, que no le perdonaron una. Tampoco hubo equivalencias ya que Talleres, pese a la goleada, también sufrió un poco con los tiros de Juan Brunetta y de Tomás Badalloni, que dieron en un palo cuando Guido Herrera nada podía hacer.

Satisfacción

Lo cierto es que Talleres llegó al 5-0 con los argumentos futbolísticos que ya había comenzado a mostrar desde que Medina entendió que podía sumar talentos en lugar de restarlos.

Talleres tenía una suma de capacidades futbolísticas que no terminaban de armarse y una propuesta sumamente ambiciosa que pagaba muy caro todos y cada uno de los errores que ofrecía a los rivales. Desde el más caracterizado hasta el más limitado.

Ante Godoy Cruz, tuvo muchos pasajes en los que logró el equilibrio. Es el primer paso para un Talleres que necesita alcanzar el pretendido protagonismo.