Willington fue homenajeado por el Concejo Deliberante, y el escritor Salzano lo acompañó con el tributo, para desatar un desfile de historias y anécdotas. Imperdible charla.

“La verdad, no sé qué carajo habré hecho para que la gente me quiera tanto, no concibo que mi imagen tenga más preponderancia que muchos futbolistas cordobeses que hicieron más que yo. Cumplo mis primeros y últimos 70 años y recibir tanto cariño es algo que sigo sin comprender”. Con esa autenticidad, confesión genuina desde el interior de uno mismo, el gran Daniel Willington recibió una muestra más de afecto, por parte del Concejo Deliberante. Y fue otro Daniel quien lo acompañó, nada menos que Salzano, el escritor una de las mejores plumas que vio nacer Córdoba. El homenaje y beneplácito se vio interrumpido de fotos, concejales emocionados que pedían el micrófono para emitir discurso y otros que lloraban. Anécdotas, recuerdos, panegíricos, y mucho más fue lo que desbordaba la sala. En un rincón, Willington, cordobés desde los 4 años, como decía el extinto periodista Nilo Neder, que también lo bautizó con el inmortal “Daniel de los Estadios”, suelta una broma, se ríe y calla, porque su fuerte no es hablar para todos. El chicaneo, la jodita y la burla amistosa, es su fuerte, virtud que todos equiparan con la capacidad que tenía para patear al pelota. Por eso sigue retumbando aquel golazo de tiro libre a Tocalli de Belgrano, y los elogios no cesan jamás. “Me hacen acordar de tantos goles, tantos partidos, que la mayoría de las veces digo que sí, pero la memoria me falla también. Lo único que le pido acá a los concejales que para que no nos multen a todos por alcoholemia, pongan un colectivo gratis para que nos busquen del boliche y nos lleven a casa”, aprovechando que en la sesión de Consejo se trató el tema del transporte.

“El sobrenombre de loco le viene como anillo al dedo. Loco no es una enfermedad. Estamos acostumbrados a llamar así a quienes se animan a hacer cosas que nosotros no nos animamos o no podemos. Y ‘el Daniel’ se encargó de mostrarnos a todos que se puede” Daniel Salzano sobre Willington.

Salzano, en letras. Calladito, con bufanda, no parecía inmutarse. Así esperaba Daniel Salzano el acto, con varios gestos que denotaban sueño. Incluso por momentos se rendía a los brazos de Morfeo. Lo onírico le sirvió para inspirarse más cuando le dieron la palabra para referirse sobre el ídolo de Talleres. No respondía cuando lo llamaban porque sabe que ese nombre es directamente el apodo de Willington. “Me llamo Daniel, pero Willington nos robó a todos la chance de ser llamado, porque es “El Daniel”. Su figura y calidad de ídolo trascendió límites, es algo insospechado por cualquier científico”, dijo con su calidad de ilustrado en cada oración que termina siendo una prosa. “Verlo jugar era como ir a una función de teatro, a presenciar a Tchaikovsky. Una elegancia, una extravagancia, que sólo un torero, un artista puede imitar. Tiene un aura, una exquisitez, que hasta provocaba. Porque tenía la capacidad de enfrentarse con la pelota, con los rivales y con la tribuna. Y después del partido, todos lo admiraban y respetaban”, dijo Salzano, confeso hincha de Talleres. “Córdoba es un misterio”, prosiguió: “Y emulando a los hermanos Grimm, con el cuento de las siete llaves, yo no sé cuales son las que se necesitan para abrir el cofre que tiene un secreto inédito, pero estoy seguro que una de esas llaves es Willington”, elogió, para después describirlo con “un porte cuya remera deja ver el ombligo, una sonrisa cómplice y picaresca, y que encima pegaba un baile al que osaba enfrentarlo”. Daniel y “El Daniel”. Salzano y Willington. Un nombre que quedará en leyenda para siempre.

Sobre Messi y el gol-entra



Daniel Willington jugó en la Selección hace 50 años, por la Copa Newton, ante Uruguay, y después decidió no participar del Mundial ’62 en Chile, descontento con la organización, y de Inglaterra ’66, tras discutir con el “Toto” Lorenzo. Admira a Lionel Messi, y lo comparó con el trato que recibe Neymar. “Creo que los brasileños cuidan lo suyo. Noto que ellos tienen más orgullo de Neymar que los argentinos por Messi. Eso me duele un poco, debemos querer más lo nuestro. ¿Si podría haber jugado con Messi? Ni al gol entra”.

Con Moreno. “Yo jugaba en Vélez. En una whiskería, lo vi al “Charro” Moreno. Me le acerqué y le dije: “¿Qué hace acá usted?”. Me dijo: “Vine a la cancha de Huracán a ver al cordobés, la verdad, un jugadorazo, pero, ¿Quién es usted?”. “¡Yo soy el cordobés!”, le contesté. Cómo nos reímos”.