El Nonagonal. Jugadón de Barón en el gol de Álvarez, el que sirvió para el 2-1 con el que el equipo llega entonado al Nonagonal final.

"Uruguayo burro y la puta que te parió", suelta un hincha con la venas infladas en la platea de la Boutique. El destinatario del insulto tiene nombre propio: Ignacio Barón. Al rato, el uruguayo, resistido por sus actuaciones, se transforma en enganche y mete un pase exquisito para que el pibe Álvarez sea talento en bruto.

Sí, el fútbol una montaña rusa, con silbidos que rasparon la piel curtida del charrúa que canjeó las críticas por aplausos. Sí, justo ahora que Talleres empieza su Mundial a cara de perro. Apareció donde nadie lo imaginaba para incrustar la puñalada, la misma que pretende acabar con los fantasmas que lo perseguían. Sí, justo ahora que la T tiene que demostrar que tan Barón es, sin tiempo para relajarse, pensando en alguno de los posibles rivales del domingo por la primera fecha de las ocho que tendrá en el Nonagonal final.

La tarde se trazó sola a través del destino que lo tenía todo planeado. El equipo del Sapito no podía con Estudiantes, sin encontrar las calles para lastimar a Mancinelli. Hasta que apareció Barón, con el desparpajo de aquel niño pidiendo pan en una infancia sufrida. Haciéndose hombre a los tumbos. “Fue una linda jugada que terminó con un pase para Favio que demostró que es un crack. Son decisiones que uno toma en el partido, por ahí no tenía que estar ahí porque jugábamos con línea de 3, pero el de arriba me ayudó. Fue más de él que mío”, contó el defensor.

Fue una señal. En el Nonagonal deberá demostrar por qué está entre los 9 mejores. “Hay que enfocarnos en las finales que vienen. La gente no se va a acordar de la puteada al uruguayo y si de lo que podamos hacer. Es la hora para mostrar el hambre que tenemos”, agregó. Y claro que es la hora, y el marcador de punta se acordó de la gente: “Estoy en un equipo grande y la gente tiene exigencias grandes. La entiendo pero debe saber que uno deja todo para que las cosas salgan bien, después podés cerrar mal pero no me guardo nada”.

No guardarse nada. De eso se trata, Talleres. Por eso los muchachos fanáticos armaron mapas con las cáscaras de maní para dibujar el camino rumbo al ascenso. ¿Será Mar del Plata o Sunchales? ¿Y Madryn dónde carajo queda?

Es ahora, Matador. El futuro viene a golpearte la puerta. A desafiar tu irritable ánimo en un torneo que te amarga la vida y el orgullo. No hay más vueltas. Es la maratón en partido de ida, sin revanchas ni nada.

Y ahí va Barón, insultado hasta con traductor, metiendo el pecho como te reclamará el nonagonal. Porque se trata de dejar atrás las desgracias y mirar para adelante. “Mi señora no iba a venir porque la pasó mal cuando me insultaron. Hoy cambió la historia”, le dijo Barón. Y hasta a Solferino le soplaron que mojaba. “Me llegaron mensajes de amigos diciéndome que se me daba”, contaría.

Mensajes para jugar una instancia. Ribonetto señala a Barón, como diciendo “él lo armó, al que putearon”. El arquitecto del segundo gol. Lo aplaudieron. Talleres, es hora de ser Barón en la instancia decisiva. Es hora de tenerlos bien puestos. Sí, bien puestos.

El DT Coleoni: Ahora arranca nuestro Mundial. Salió satisfecho. Sabiendo que se está por el buen camino. Sin embargo, prefirió la mesura en medio de la efervescencia de los hinchas. Gustavo Coleoni, el técnico de Talleres, habló de lo que viene, el Nonagonal final que se reserva un lugar para el ascenso a la B Nacional. No será fácil y el DT lo sabe.

“Hoy le dimos chance a todos y ahora tomaremos un diagnóstico del equipo que vamos a parar en el primer partido. La idea era ganar y buscar el resultado, pero quería ver a otros muchachos”.

El Sapito sabe que se puede jugar mejor. “No hicimos un buen partido en líneas generales pero es difícil porque inconscientemente se piensa en el nonagonal y ellos se rompieron para llegar a esa instancia”, explicó el DT.

Sobre el rendimiento del equipo, Coleoni manifestó: “Lo vi bien en algunos momentos del primer y segundo tiempo. Igual, sabemos adónde vamos, qué vamos a jugar y ojalá estemos lúcidos y con impronta para poder pelear el ascenso. Hoy me encontré con la hombría de los jugadores y te ilusiona para lo que viene”.

A la hora de describir lo que viene, Sapito no dudó: “Es nuestro Mundial y tenemos que trabajar duro para alcanzar el objetivo”.