Por Marcos Russo /
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Aunque parecía que se iba a quedar con una victoria tranquila gracias a su enorme poder ofensivo, Talleres terminó sufriendo por sus recurrentes problemas defensivos.

Arranque demoledor. En apenas 11 minutos de juego, la "T" se puso en ventaja por dos goles. ¿Era justo? No tanto, porque Olimpo manejaba la pelota y tenía las mejores situaciones. Sin embargo, el equipo de barrio Jardín llegó dos veces y en ambas convirtió. Una cosa era cuando el Albiazul, anoche de verde, atacaba; otra, muy diferente, cuando defendía. Sebastián Cobelli asistió en el gol de Luis Salmerón y "el Pupi" hizo lo propio en el tanto de Lucas Wilchez. Y entre Valentín Brasca y el travesaño mantuvieron a los dirigidos por Juan Amador Sánchez con el arco en cero. Después, a los 29, otra vez Cobelli participó en el juego y marcó el 3-0. Estaba claro que Talleres era muy efectivo en ataque.

Reacción bahiense. Antes del primer descuento de Olimpo, Brasca había tapado dos situaciones netas de gol. Era una clara demostración de que a la "T" le llegaban con facilidad. Los goles de Javier Robles y Walter Gómez pusieron en peligro el triunfo del conjunto cordobés y llenaron de histeria a la Boutique. La llegada del entretiempo, con un sorpresivo 3-2, fue la mejor noticia para los albiazules.

Sin control. La salida por lesión de Zermattén dejó a Talleres sin el jugador que podía tener el balón. A cambio, Sánchez puso a Basualdo y armó un medio campo combativo.

Una luz. Los de barrio Jardín tenían descanso cada vez que Wilchez tomaba el balón. El zurdo tuvo una noche inspirada en la que siempre sacó ventajas a través de su gambeta y velocidad. Lamentablemente para Talleres, el equipo no pudo convertir algunas de las varias situaciones que generó.

De punto. Por algunos errores, el público descargó su bronca con Juan José Serrizuela, aunque en algunos casos aplaudió sus rechazos. ¿Los insultos suman cuando el equipo necesita apoyo?