El empate mantiene a Talleres en zona de reválida. Mereció más ante la CAI, pero el 1 a 1 refleja los nervios de un equipo que se olvidó de ganar. El gol albiazul lo anotó Héctor Cuevas.

Talleres dejó pasar otra chance. Se olvidó de ganar en la parte crucial del campeonato y obviamente paga las consecuencias con un promedio famélico, pobre, efímero, debilitado, amenazante.

Quedó en zona de reválida con el compromiso serio de caer al descenso directo, si no revierte esta racha nefasta de seis partidos sin sumar de a tres, en momentos donde el torneo se agota en quince días, exhibiendo el abismo demasiado cerca.

Esta vez el escollo sin superar fue la CAI, equipo que por momentos también desnudó todas las dificultades que Talleres tiene para ser un conjunto respetable en su propia casa, con el respaldo de su propia gente. El elenco del «Flaco» Comizzo nunca dejó de ser vulnerable, pero en el arranque de la competencia al menos convertía, se hacía sentir en el arco de enfrente disimulando todas las ventajas de su precario sistema defensivo. Ahora ni eso. No «moja» ni cuando lo intenta y lo que es peor, ni cuando lo merece. Le pasó ante Rafaela y en cierta medida le pasó también en este partido en el que, si bien no generó tantas situaciones como ante el elenco rafaelino, al menos hizo el gasto, tuvo ganas de torcer su destino pero no lo logró por su pésima resolución en los metros finales, por su nula eficacia cuando las situaciones aparecieron y porque, está claro, lo han abandonado definitivamente los astros. Es decir, si juega poco, factura escasamente y no liga nada, suena lógico este presente de amargura y preocupación.

No ganar de local se paga caro y en ese aspecto, Talleres sumó sólo dos unidades de las últimas nueve en Córdoba. Argumentos suficientes para convertirse en una bola de nervios, justo cuando el torneo obliga a la inteligencia y a la frialdad.

Y así fue este juego entre la «T» y la CAI. Con las pulsaciones a mil en uno, y con la tranquilidad del otro, sabedor de lo que significa jugar con la desesperación ajena. Por eso, en el primer tiempo el equipo sureño se paró de igual a igual y puso el partido pendiendo de un hilo. Con Rivadeneira, Bustos y Rolle dominando por momentos la mitad del terreno, allí donde Rimoldi hizo un esfuerzo descomunal para pensar, tranquilizar a Talleres y encontrar a algún socio para cuidar la tenencia de la pelota.

La CAI rodeó al cinco albiazul y cuando tuvo el balón esperó con paciencia la chance de poner a Villegas o al brasileño Piñero en las narices de Brasca. En esa disputa por la hegemonía territorial, el equipo de Diego Coca fue más compacto, más prolijo, dejando la imagen de ser incluso, más peligroso. Talleres, con sus nervios, dependió solamente de Rimoldi para equilibrar el trámite y para «tirarle» algo como la gente a Cuevas o al pibe Moreira. El ex Belgrano, Walter Bustos, revolcó al uno albiazul con un balazo de lejos y Talleres contestó con un remate fuerte de Moreira que controló Trípodi. Hasta que llegó lo que se preveía: pelota profunda de Rolle para Villegas que el nueve definió con categoría cara a cara con Brasca. Con el 0-1, la caldera albiazul fue absoluta. Con todo el mundo nervioso, Talleres empezó a remar en la arena. Un par de centros desviados y un cabezazo frontal de Oyola que se fue apenas desviado, fue todo lo que logró generar el elenco de Comizzo. Hasta que Trípodi le hizo la gauchada de la tarde. Se confió ante un centro pasado de Rosales y se la dejó servida a Cuevas que empató, como para volver a empezar.

En el arranque del segundo tiempo, en tres minutos Talleres pudo haber dado vuelta el resultado pero como ya está dicho, no lo supo hacer. No encontró la fórmula que extravió hace ya muchas fechas. Rosales desde afuera, Cuevas que cabeceó horrible a centímetros de Trípodi y un clarísimo penal de Casahais a Cuevas que Rietti ignoró, fueron las chances que pudieron cambiar la historia. La CAI apostó a la contra y se acurrucó sobre el borde de su área mayor, donde murieron los intentos frontales y estériles de la «T». A los 35 minutos, Bartolini lo tomó a Cuevas en una pelota parada y Rietti, como la vez anterior, no vio nada. Todo lo demás fue impotencia, nervios, apuro, desesperación, dentro y fuera de la cancha. Empate y puntito mísero. Talleres se olvidó de ganar y por eso vive ahora con el corazón en la boca...

TALLERES 1 / CAI 1

Goles: PT 27m. Villegas (C) y 36m Cuevas (T).
Cambios: ST 16m. Borghello por Moreyra Aldana (T); 21m. Quiroga por Azcurra (T); 23m. L. Alvarez por Oyola (T); 24m. D. Romero y Ascensio por Rivadeneira y Piñero (C) y 38m. De Miranda por Chavarri Bustos (C).
Amonestados: Algecira y Moreyra (T); Caamaño (A).
Expulsado: ST 36m Bartolini (C).
Cancha: Talleres.
Arbitro: Guillermo Rietti.