Por más que se hablen muchas cosas, la verdad está a la hora del partido, y en los clásicos siempre suceden cosas inesperadas. Cualquiera puede ganar.

Hay mucho en juego, y ninguno de los dos viene jugando bien. Será un partido cerrado, muy disputado, parejo, porque los dos tienen ilusiones de ascenso, pese a que Talleres también debe cuidarse en los promedios.

A mi entender, la clave puede estar en el mediocampo. Talleres tiene ritmo, pero le falta imprimir velocidad en tres cuartos de cancha. Belgrano es un equipo ordenado, y para romperle esa estructura, hace falta más decisión, más rapidez con la pelota para sorprenderlo.

Además, hay que proteger un poco más a Lucas Rimoldi a la hora de marcar. Y creo que Viveros y Paulo Rosales deberían comprometerse más en la creación y dar una mano en el medio, porque está claro que cuando aparecen son determinantes. Buscar los espacios es la tarea principal.

A los clásicos hay que jugarlos con inteligencia. Por eso, también es importante controlarlo a Matías Suárez, que es muy peligroso. La defensa viene corrigiendo errores, y una vez que Cuevas y Borghello calibren mejor la mira, los goles van a volver a aparecer.

(*) Jugó desde 1997 al 2002 en Talleres, con 15 goles.