Los jugadores no ocultaron su alegría y rescataron el apoyo de la gente.

En la noche de barrio Jardín, uno de los más contentos fue Héctor Cuevas, quien marcó el gol del triunfo y que logró anotar tras una sequía de cinco partidos.

El delantero aseguró: “Se ganó un partido importantísimo porque estamos peleando abajo. Había una fiesta en la que debíamos ser protagonistas. No faltamos a ella y le dimos una alegría a la gente. Lo más importante es que sumamos”.

Sobre el sufrimiento con el que terminó Talleres, el goleador albiazul dijo: “Quilmes es un gran equipo de buenos jugadores y por algo está arriba. Nos complicaron por eso, porque juegan bien. Gracias a Dios, Valentín (Brasca) atajó bárbaro y nos salvó cuando nos tenía que salvar”.

Finalmente, en cuanto al significado de su gol, aseguró: “Lo grite con bronca por algunos cosas que mejor me las guardo. Fue un desahogo. Iba por la calle y toda la gente me alentaba, aunque, seguramente, hay gente que estaba disconforme. Lo importante es que siempre recibí el apoyo del hincha”.

A su turno, la figura del partido, Valentín Brasca, aseguró: “Estoy muy feliz, era muy importante este partido y así fue como lo jugamos, con todo”.

Cuando habló de la atajada más difícil que le toco en la noche, el mano a mano a Luciano Rodríguez, dijo: “No me pateaba más, quedó muy sólo y como la traía dominada, no salí a apretarlo. Esperé hasta el último minuto y logré taparla”.

“Es impresionante el hecho de haber jugado en la Boutique”, concluyó el guardameta.