Tras la negativa policial de garantizar la seguridad en la Boutique, para el partido de mañana a las 17.10 entre Talleres e Independiente Rivadavia, la directiva albiazul no se quedó cruzada de brazos y elaboró un rápido contragolpe. Molesto por una decisión que consideró arbitraria, el gerenciador Carlos Ahumada dio instrucciones, desde Buenos Aires, para que se gestione en la AFA la disputa del encuentro a puertas cerradas, en la cancha de barrio Jardín.

El trámite se formalizará esta mañana en la sede de la porteña calle Viamonte y, según trascendió, ya tendría el okey de las más altas esferas de la matriz del fútbol nacional. Tanto es así que ni siquiera se diagramó un plan de venta de entradas para el caso de que el partido tenga que jugarse en el Chateau.

A través de un comunicado de prensa, emitido en la medianoche de ayer, Talleres fundamentó la decisión de contrariar el mandato policial de ir al mundialista. “Siendo las 24 horas y ante la falta de respuestas de la Policía –tras haber realizado un trabajo extenuante de 15 días, con 120 operarios cumpliendo con todas las exigencias solicitadas, y aun con la aceptación de la Municipalidad–, nos veremos obligados por la autoridad provincial a que nuestra querida hinchada no pueda cumplir el tan preciado anhelo de volver a alentar al equipo en nuestra casa”, se afirmó en el escrito.