Después de plantarse el lunes al argumentar que no lo habían notificado debidamente sobre su despido, Rubén Insúa se alejó ayer de Talleres al acordar con el fideicomiso la rescisión de contrato.

El intento de revelarse contra el destino por parte de Rubén Insúa se diluyó ayer, cuando acordó su desvinculación con el fideicomiso, que con la venia del juez de la quiebra, aprobó la decisión de Ateliers de prescindir del entrenador.

En el olvido, o tal vez para el recuerdo, quedó un lunes caótico, en el que Insúa se presentó a entrenar pese a que los gerenciadores lo habían despedido el domingo, luego de la tensión instalada por la derrota en el clásico ante Instituto.

El técnico había planteado que trabajaría hasta que lo notificara la Justicia, al estar el club en quiebra, y ese paso se dio ayer, pasado el mediodía.

«Acabo de hablar con la gente del fideicomiso, terminamos de firmar el acuerdo sin inconvenientes, y ya dejé de ser técnico de Talleres. La rescisión ya fue resuelta», confirmó Insúa, despejando la incertidumbre que se había generado el lunes respecto a su continuidad. Cabe recordar que lo improlijo de la situación derivó en que Carlos Granero se apartara defintivamente de Ateliers, al vender a Carlos Ahumada el 30 por ciento que conservaba.

«Trabajé lo que corresponde. La situación es lógica, me parece que Granero vendió la parte que le quedaba y es razonable que la nueva conducción tenga intenciones de poner a su gente», agregó el ahora ex DT albiazul, que había exigido cobrar hasta la finalización de su contrato, en octubre.

«Hay que respetar las reglas, fue una circunstancia atípica pero así es el fútbol, aunque yo traté de manejarme siempre con transparencia y del tema institucional nunca opiné», añadió.

También resaltó que «la decisión no está relacionada con lo deportivo. Van cuatro fechas, ganamos dos, perdimos dos; ganamos el único partido que jugamos de local, triunfamos de visitantes después de más de tres torneos».

«Pretendía continuar porque el proyecto me entusiasmaba. Cuando llegué había 35 profesionales, bajamos el plantel a 17, con cuatro refuerzos. Los equipos que están arriba manejaron la base desde junio y ésa fue nuestra desventaja», completó.

Oste también se fue. En una decisión que sorprendió, Roberto Oste, ayudante de campo de Insúa puesto por Ateliers, ya que trabajó en distintas funciones para la empresa, también dejó Talleres.

Por su parte, el secretario técnico, Humberto Grondona, admitió en Radio Impacto que el domingo presentó su renuncia, y no se la aceptaron.

Los jugadores no opinan. Los jugadores de Talleres tratan de abstraerse de la situación institucional y de la brusca salida de Rubén Insúa. Por tal motivo, el capitán y referente del plantel albiazul, Julián Maidana, se paró ante los periodistas que lo aguardaban a la salida del entrenamiento de ayer y se excusó: «Por ahora no quiero hablar, hay mucho quilombo (sic). Vamos a dejar que se calmen las aguas». De esta forma, el defensor expresó el ánimo de todos los futbolistas de la «T»: «No meterse».