El despido de Rubén Insua agudizó las diferencias entre Carlos Ahumada, el nuevo hombre fuerte de Ateliers, y Carlos Granero, ex dueño y ahora socio minoritario de la concesionaria de Talleres, quien aceleraría los tiempos de su desvinculación de la sociedad, algo que -más allá de alguna desmentida mediática- ya venía discutiendo con su par.

"En cualquier momento vendo el 30 por ciento y me voy", le aseguró el santacruceño a La Voz del Interior el sábado por la noche, en un paréntesis de la primera reunión que mantuvo con Ahumada e Insua para analizar la campaña de la "T" tras la derrota en el clásico con Instituto.

Desde que acordó la venta de la mayoría de las acciones -recibió 1,7 millón de dólares- Granero quedó relegado a un incómodo segundo plano. Esa pérdida de protagonismo, más algunas diferencias de criterio que surgieron sobre la marcha, desgastaron la sociedad que nació el 7 de febrero.

Cuestiones de celos y otras menos banales, como la aparición de deudas ocultas por 2 millones de pesos luego del traspaso, fueron el caldo de cultivo. La decisión de Ahumada de echar a Insua, que Granero avaló sin demasiada convicción, parece ser la gota que colmó el vaso. Según dicen, mañana podría quedar sellado el divorcio.