La presión numérica se vivió leyendo el diario, tras la derrota con Aldosivi, al verse cerca de la zona de la reválida. ¿La futbolística? Conciliar al Talleres goleador (tiene 33, uno por debajo de Godoy Cruz, que es el mejor) con el que defiende (tiene el arco más vencido con 38). Los tiempos apremian y hoy espera Instituto.

Todo Talleres sabe que será riesgoso jugar en Alta Córdoba, porque debe enfrentar a un equipo de juego en ascenso –Faurlin, un lector del juego– y con un nuevo goleador (Morales Neumann), al que los defensores deberán descubrir antes que les facture las des coordinaciones que padece la "T" cuando debe defender en espacios amplios. Pero qué mejor que buscar el tercer dulce (Talleres ganó sus partidos ante Platense y Almagro) en una vereda acreditada, con el respaldo de un equipo en cuya nómina constan dos goleadores (Borghello y Cuevas), un cerebro (Rosales ya dio tres goles y varias asistencias), un "5" elegante y con gravitación ofensiva (Rimoldi).

Insua, partidario de los que dicen que en el riesgo vive la recompensa, buscará lograr el equilibrio con algunas novedades. La primera es la vuelta a la línea de tres con Oyola, Lussenhoff y Álvarez. ¿La segunda? Dos fichas que ya supo usar en el medio: Buffarini y Quiroga. "El colorado", para fortalecer el sector derecho, y "el Mati" para tener profundidad.

Atalaya. Como parte del acuerdo por el que adquirió el 70 por ciento de Ateliers, Carlos Ahumada también sería gerenciador de Atalaya. Ese club era concesionado por Carlos Granero.