Talleres debió padecer hasta el último minuto para superar a Almagro por 4 a 3 y amaga con convertirse en protagonista. Borghello, quien jugó con 37 grados de fiebre, fue el autor de la estocada final. Rimoldi, la figura.

Hasta el último suspiro tuvo que esperar Talleres para cantar victoria. Fue 4 a 3 ante el limitado Almagro, llenando de alegría a las 30 mil almas en el Chateau y de esta forma prolongar un poco más su verano, en su ilusión de prenderse definitivamente en el lote de los que pelean por el ascenso.

El debut-presentación en casa hizo crecer el entusiasmo de la gente, que entonada por el triunfo ante Platense, generó una gran expectativa. Lluvia de papeles de colores y todo el cotillón le brindaron a la atmósfera su toque de color. Mucho optimismo se respiraba en el ambiente, pero sin embargo, pese a que todos volvieron contentos a su casa, sufrieron mucho más de la cuenta.

Talleres y Almagro regalaron una tarde a puro gol, y las emociones sirvieron para disimular algunos pasajes aburridos a nivel técnico. Colmado por la ansiedad propia de ser dueño de casa, el conjunto de Rubén Darío Insúa no era preciso a la hora de la puntada final. Enfrente estaba Almagro, que en la primera etapa dejó la sensación de que también puso en cancha sus inconvenientes económicos y toda la semana de vigilia por cobrar sus haberes atrasados, ya que lució muy descordinado y careció de ideas. Sin embargo, envió su primer mensaje de alerta para el arco que defiende Antony Silva a los 11 minutos, con un remate de Gerardo Rivera.

El local siguió utilizando el pelotazo como principal argumento y de esa forma llegó la apertura del tanteador a los 14´, cuando Maidana sólo tuvo que poner la cabeza a un tiro libre estupendamente ejecutado por Paulo Rosales. De esa forma comenzó a verse lo mejor de Talleres, que de la mano de Rimoldi, aportando lo suyo desde el sector derecho del mediocampo y sumándose en la creación, y la fantasía que surge de Rosales, justificó la diferencia que a los 25´ supieron estirar: Rimoldi comandó un contragolpe desde mitad de cancha, habilitó a Cuevas, y el ex Racing, lejos de ser egoísta, asistió a Rosales para decretar el 2-0, de cabeza.

Talleres se afirmó en la cancha, aún con una línea de cuatro que, como la de tres defensores, sigue sin brindar garantías, y se vió expuesta en varias situaciones.

Tras el descanso, los albiazules dejaron en claro que son un equipo atacando y otro defendiendo. En el amanecer del complemento, la última línea hizo las veces de espectador y dejaron que al minuto descontara Cristian Cayetá, sin oposición. Pero en el ambiente flotaba una sensación ambigua: que los de barrio Jardín, en cualquier momento, iban a anotar, y también de que podrían sufrir otro golpe. Y así fue, porque Rosales no supo resolver ante la salida de Tauber, y el asistente le anuló un gol en posición prohibida a Cuevas, aunque el atacante iba a tener su revancha...

Pero un nuevo desacople defensivo tras una interesante jugada de Javier Rossi le posibilitó a Almagro llegar a la igualdad, por intermedio de Brian Robert, quien en soledad conectó a la red. En seis minutos los “Matadores” tiraron por la borda todo lo bueno que habían producido en el primer capítulo.

Asimismo, el local no se amedrentó y fue en busca del desnivel. Y apareció la jerarquía de Rimoldi otra vez en toda su dimensión, para habilitar a Cuevas a los 13´, que definió con eficacia ante la salida del arquero. Y volvió la misma sensción: Talleres lo liquidaba o caso contrario, volvía a recibir otro cachetazo. Esto último fue lo que sucedió: Borghello falló en un par de mano a mano, y por contrapartida, el uruguayo Alejandro Meloño a los 31 aprovechó un error de Silva, a quien se le escapó el balón de sus manos y el “Tricolor” volvió a poner pardas en el marcador. Pero el “Memo” también iba a tener su revancha...

Talleres sabe esto de sufrir partidos. A los 44´, un desborde del recién ingresado Matías Quiroga por izquierda se completó con un centro-gol para Bor-ghello, que puso el 4-3 final, dejando los tres puntos en Córdoba y haciendo estallar a la multitud albiazul.

Ganó Talleres porque nunca bajó los brazos, y porque por lo creado en los 90 minutos, fue superior en las acciones y avaló su mote de equipo más goleador. Ante un rival precario, supo reponerse a su miedo de defender el resultado y de a poco comienza a recuperar terreno en los primeros lugares. Y de paso, por qué no ilusionarse con más.

Síntesis

Talleres 4
Silva.
Leandro Alvarez, Maidana, Lussenhoff, Torsiglieri.
Rimoldi, Alexis Cabrera, Viveros, Paulo Rosales.
Héctor Cuevas, Borghello.

DT: Rubén Insúa

Almagro 3
Tauber.
Caire, Schunke, Gabriel Lobos, Meloño.
Raposo, Leonel Natalicchio, Brian Robert, Gerardo Rivero.
Javier Rossi, Cayetá.

DT: H. Cirrincione

Goles: PT 14m. Maidana (T) y 25m. Rosales (T). ST 1m. Cayetá (A), 6m. Brian Robert (A), 14m. Cuevas (T), 31m. Meloño (A), 44m. Borghello (T).

Cambios: ST 14m. Galeazzi por Rossi (A), 18m. Castagno por Brian Robert (A), 26m. Buffarini por Rosales (T), 29m. Quiroga por Viveros (T), 42m. De Biassi por Cayetá (A) y 46m. Basualdo por Borghello (T). Amonestados: En Talleres: Lussenhoff. En Almagro: Schunke, Robert y Cayetá. Cancha: Estadio Córdoba. Arbitro: Néstor Pittana.