El colombiano Viveros y el enganche Paulo Rosales estuvieron desde el arranque y empezaron a sentir la aprobación del público albiazul. Lussenhoff ingresó en el inicio del segundo tiempo y el arquero paraguayo actuó los últimos 21 minutos de la victoria de la “T” ante el remanente de Boca por 3 a 2.

A falta de una semana para el debut de Talleres en la segunda ronda del campeonato de la B Nacional, el entrenador Rubén Darío Insúa sigue buscando minutos de juego para sus futbolistas, y aprovechó el partido amistoso ante Boca para mostrarle a su gente las cuatro caras nuevas que llegaron como refuerzo al plantel de barrio Jardín. Y ante todos los pronósticos, solamente dos fueron desde la partida, y los restantes ingresaron en el complemento.

Llamó la atención la inclusión del volante Alexander Viveros de titular, en tanto se caía de maduro que Paulo Rosales iba a conducir el ataque albiazul, función por la cual fue contratado casi con necesidad y urgencia. Mientras el arquero Antonhy Silva y el defensor Federico Lussenhoff ingresaron en el complemento.

El colombiano Viveros jugó todo el primer tiempo y fue relevado por Matías Quiroga. Y pese a que se lo notó un poco fuera de estado físico, con la pelota en los pies fue uno de los más criteriosos en el conjunto albiazul. De todos modos, le falta mejorar en el aspecto físico, ya que llegó a destiempo a varias pelotas cruzadas y a veces le faltó reacción. Pero el jugador de Colombia fue uno de los más aplaudidos por la gente, porque siempre intentó jugar con el balón por el piso.

Mientras que Rosales jugó 64 minutos, en un buen nivel, aunque su rendimiento fue de mayor a menor. Nunca se escondió y comandó los ataques, asistiendo a sus compañeros con pelotas profundas y haciendo la pausa necesaria. En el segundo tiempo perdió un poco el control de la pelota, trató siempre de jugar, pero después pidió el cambio. Aprobó y la hinchada albiazul se lo hizo notar.

Por su parte, el “Colorado” Lussenhoff ingresó en el arranque del segundo tiempo, en reemplazo de Gabriel Oyola. Se paró como sttoper por derecha, y aunque todavía no se encuentra con ritmo de competencia, lo supo disimular con su oficio. Bien con la pelota, le falta quizás más velocidad para cerrar y para anticipar a los rivales, pero nunca fue superado por su banda. La gente se ilusiona con ver un “cacique” defensivo y quedó conforme con lo que hizo en poco tiempo el “Colorado”.

Por último, el paraguayo Antonhy Silva. El arquero no tuvo muchas intervenciones. Se había anunciado que no estaría presente, pero jugó los últimos 21 minutos. No fue exigido, pero descolgó dos centros, denotando una interesante capacidad aérea. No obstante, mostró limitaciones con la pelota en los pies, dejando en claro que no es su fuerte.