Alexander Viveros. Entró con el pie derecho con la gente. Exhibió entrega y oficio, y tuvo algunos pasajes interesantes. De todos modos, todavía le falta ritmo para cumplir con una función, la de lateral-volante, que demanda mucho despliegue. Fue reemplazado por Matías Quiroga en el descanso.

Paulo Rosales. Un tiro libre suyo, ejecutado con pierna derecha, le dejó servido a Maidana el gol del 1-0. Su presencia le permitió a Rimoldi tener un socio para jugar en el medio campo y le dio más abastecimiento a los delanteros. Es el engranaje que le faltaba a Talleres para intentar un mejor juego.

Federico Lussenhoff. Ingresó en el entretiempo por Oyola y cumplió una función inusual en él: stopper por derecha. El sistema defensivo no lo favoreció, teniendo en cuenta que aún le falta en lo físico. Así y todo, exhibió en varios pasajes del partido la jerarquía y la experiencia que la “T” necesita.

Anthony Silva. Jugó los últimos 25 minutos, pero confirmó los atributos que había mostrado el fin de semana pasado en el amistoso con San Martín de San Juan: voz de mando, seguridad y solidez en el juego aéreo. Su presencia estuvo en duda, y también su permanencia en el club (ver página 5).