El DT del equipo albiazul confía en sus dirigidos y en el aporte del empresario Ahumada.

Estaba tranquilo Rubén Darío Insúa luego del empate 1-1 ante San Martín de San Juan. Al analizar la actuación de Talleres se mostró satisfecho. Después redefinió los objetivos de su equipo, se fue en elogios hacia el pibe Miguel Coronel y habló de Carlos Ahumada Kurtz, futuro gerenciador del club albiazul.

–¿Qué evaluación hace del rendimiento del equipo en el amistoso ante San Martín?
–Me gustó casi todo lo que hizo el equipo. Aunque la pretemporada se terminó hace dos días, hubo buen trato de pelota y movilidad, ante un equipo que tenía dos partidos más por haber jugado en Chile y que es de Primera División. Ellos tenían más rodaje, pero en la cancha no se notó.

–¿Respondió Anthony Silva, quien había reconocido que le faltaba competencia?
–Es un buen arquero. Tengo buenas referencias de Silva por parte de Juan Manuel Llop (DT de Banfield), que fue mi ayudante de campo por seis años y lo dirigió en Paraguay. Seguramente le aportará mucho al equipo.

–¿Peleará el puesto con Valentín Brasca o tendrá la prioridad por ser refuerzo?
–La prioridad la tendrá el que mejor ande. A ningún refuerzo le prometo ser titular. A nadie. Me saco un problema de encima.

–¿Jugará con un enganche?
–Sí.

–¿Puede ser Coronel o vendrá alguien de experiencia?
–Coronel jugó los últimos 20 minutos porque estaba cansado. Había disputado todo el partido ante Deportivo La Punta, el jueves. Por eso lo guardé para el final.

–¿Le gusta?
–¡Cómo no me va a gustar! Lo hice debutar con Tiro Federal, en Rosario. Tiene 17 años. Le estamos dando entrenamiento, vitaminas, gimnasio, buena alimentación. Va a ser un gran jugador.

–En la primera pelota que tocó, dejó a Borghello cara a cara con el arquero…
–Hace dos meses dije que había cuatro jugadores jóvenes a seguir. Son Coronel, Rolón, Galarraga y Herman. Y ahora subimos a otros cuatro. Con el tiempo, Talleres debe ser un equipo con identidad. Con una base de jugadores del semillero y otros que tengan pasado y presente en el club, como Maidana y Rimoldi... Y los que vengan deben ser de jerarquía. Hay que jerarquizar la camiseta del club. No cualquiera puede ponérsela. Los que vengan deben pensar en ganar partidos, si es posible torneos y, luego en dónde van a vivir. Intentaremos crear una estructura de trabajo importante.

–Apenas llegó, usted se quejó de la condición física del equipo. ¿Ahora como está?
–Está bien físicamente. Vamos a ser un equipo fuerte.

–¿Lo favoreció el arribo de Ahumada, el nuevo gerenciador de la institución?
–Los jugadores que vienen están dentro de los cuatro puestos a ocupar. Silva, (Federico) Lussenhoff y (Alexander) Viveros estaban entre las prioridades. Vamos a ver si podemos encontrar un conductor de jerarquía.

–Tras el partido con Tiro Federal, usted dijo que había que pensar en el promedio. Con los jugadores que van a llegar, ¿se redefinirán los objetivos?
–Hay que pensar en varias cosas. Primero, en mejorar el promedio; segundo, en programar futuras campañas de 30 puntos como mínimo, y después, en ascender. También hay que mejorar mucho la organización interna del club, atender las inferiores, lograr que el plantel tenga lugares adecuados para entrenar... Lo hablé con Granero y con Ahumada, que vino ahora. No es cuestión de decir: “ascendemos y nada más”. Hay que hacer todas las cosas juntas.

–¿Habló con Ahumada?
–Todos los días hablo con él, con Carlos Reinoso y con Granero. Ahumada tiene ganas de colaborar con Talleres y transformarlo en un club modelo, serio y fuerte en lo institucional, en lo organizativo y en lo económico.

–Sobre todo en lo económico.
–Lo importante es que los jugadores piensen en entrenar y jugar. La gerenciadora cumple y nosotros trabajamos. Este club tiene exigencias deportivas importantes y la oferta debe estar a la altura de la demanda.