Ser internacional permite cotizar jugadores, revisar y sumar contratos con patrocinantes y aumentar asociados.

Pasar a la Fase de Grupos de la Copa Libertadores es un objetivo institucional para el Talleres de Andrés Fassi. Más allá del premio de tres millones de dólares que recibiría para jugar en el Grupo A junto con River, Inter de Porto Alegre y Alianza Lima, el primer equipo habría igualado la referencia histórica de aquel Talleres 2002, el primero en jugar el torneo continental, que ingresó a la Fase de Grupos en forma directa.

Si se diera la clasificación contra Palestino de Chile, “su” Talleres habría pasado de jugar en el Torneo Federal A a la Fase de Grupos (internacionalmente es el objetivo deportivo que sigue al título Conmebol de 1999) en el término de cuatro años. Un récord para Fassi y los suyos, quienes con la lista Talleres Vuelve resultaron elegidos el 16 de noviembre de 2014 tras vencer por 1.099 a 307 a Talleres es de su Gente, la agrupación que postulaba a Gustavo Lawson.

A los pocos días de asumir, el equipo perdió el ascenso a manos de Gimnasia y Esgrima de Mendoza, pero desde entonces no paró de ascender. El 27 de octubre de 2015, con el 1-0 de Victorio Ramis a Sol de América, en Formosa, y un respaldo de cuatro mil hinchas, los dirigidos por Frank Kudelka ascendieron a la B Nacional. Fue el 5 de junio de 2016 , con el agónico gol de Pablo “el Cholo” Guiñazú, Talleres venció 2-1 a All Boys, en Floresta, por 2-1 y retornó a Primera División tras 12 años.

Y el 6 de febrero pasado, Talleres volvió a jugar la Copa Libertadores. Venció a São Paulo, en el marco de la Fase 2, a casi 17 años de aquel 11 de abril de 2002, el día del partido final en el torneo y que fue un 1-1 contra River, en el entonces Chateau. El equipo conducido por Mario Ballarino integró el Grupo 7 junto con el América de México, “el Millo” y Tulúa de Colombia.

Más allá de si pasa de ronda o de si es eliminado, si pasa a la Sudamericana o si directamente queda afuera (esto sería si es uno de los peores en esta fase), ya es un hito volver a ser internacional en tan pocos años y con una situación institucional distinta de la de aquella participación en la Libertadores 2002. Aquel Talleres estaba conducido por Carlos Dossetti y se había clasificado a las copas Mercosur 2001 y Libertadores 2002 de la mano de Juan José López. La mayoría del equipo no era propio y el club iba a una quiebra por casi 24 millones de pesos (un descalabro financiero en pos del objetivo deportivo) y en un país en crisis que salía de la convertibilidad.

Por ese entonces, Fassi desarrollaba su visión deportiva y empresarial en el Pachuca de México. Lo fue llevando de a poco a los primeros planos y cada vez que volvía a Córdoba contaba que soñaba con poder hacer lo mismo en la “T”.

Todavía falta mucho

Ser internacional forma parte de los objetivos planteados por la gestión de Fassi, luego de mantener la categoría. Talleres lo logró al clasificarse quinto en la Superliga 2018 y en la presente se ha ubicado a dos puntos de Independiente, el último en ingresar a la zona de los clasificados a la Sudamericana 2020, a falta de cinco partidos.

Es decir que su desempeño interno deberá crecer para poder seguir manteniendo ese carácter. Para afrontar la doble competencia, Fassi armó un plantel más extenso y lo reforzó con el regreso de Sebastián Palacios, desde Pachuca, más la incorporación de Dayro Moreno. Esa sociedad fue un movimiento clave desde lo deportivo con consecuencias futbolísticas y sentimentales. Talleres mejoró, pasó de la Fase 2 a la 3 en la Copa y repuntó en Superliga. No perdió en lo que va de 2019. En el partido de ida contra Palestino hubo 50 mil personas en el estadio Kempes. Así como ser internacional fue un objetivo cumplido, ganar el título de Primera División que Córdoba no tiene es algo que Fassi ansía.

Los resultados deportivos son parte importante del aval que necesita para desarrollar su visión de Talleres en forma completa. “El club está a un poco más de un 20 por ciento de su potencialidad”, es lo que reitera Fassi, quien llegó para refundar a Talleres y darle un plan “para los próximos 30 años”.

Con el gran aporte del Pachuca (es uno de sus dueños) e inversores locales y aliados estratégicos, creó las estructuras para que Talleres pudiera autosustentarse y generara los casi 35 millones de pesos que sale abrirlo por mes. La producción de jugadores propios para su posterior venta es lo que hizo que, de cada dos pesos que se inviertan en el club, uno vaya para el semillero. Ya vendió a Victorio Ramis, a Sebastián Palacios, a Emanuel Reynoso y a Jonathan Menéndez, por caso, en millones de dólares y Kudelka tuvo que arreglarse con lo que tenía. Pero “la internacionalidad” que adquirieron Guido Herrera, Juan Cruz Komar y Leonardo Godoy por jugar la Copa los revalorizó. El arquero tiene una cláusula de salida de 10 millones de dólares y podrá ajustarse si vuelve a ir a la selección.

Sí. La “internacionalidad” permitirá revisar los contratos con los patrocinantes, atraer a otros y también atacar a un sector clave para autofinanciarse, como es incrementar la cantidad de asociados. Así como la comida entra por los ojos, el hincha se comprometerá más por el protagonismo que vaya adquiriendo el equipo.

Mil millones por año

“Talleres tiene más de dos millones de hinchas; más de 800 mil en la ciudad. ¿Queremos un club en serio y lograr todo lo que podemos? ¿Cómo no vamos a lograr el compromiso de la gente? En la magnitud que nos comprometamos, cumpliremos los objetivos. En los próximos tres años, a Talleres tienen que ingresarle mil millones de pesos por año. Lo asumo, nos comprometemos. Le pido a la gente que se comprometa”, dijo Fassi en la asamblea de octubre pasado.

También afirmó: “No es sólo ser hincha. ¿Saben cuántos socios pagaron la cuota durante los tres meses que no hubo fútbol? No más de seis mil. ¿Saben para qué alcanza ese nivel de compromiso? Para pagarles el sueldo a 30 de las 400 personas que tenemos”.

Según el presupuesto presentado en Superliga y que corresponde al período que va de junio de 2018 a junio de este año, los egresos fueron fijados en 431.029.401 pesos y los ingresos, en 506.692.390. El resultado económico positivo fue de 75.662.988 pesos. Sí, abrir Talleres por mes sale 35.919.116 o 1.180.901 pesos por día. ¿Por qué no alcanza? Porque necesita construir la ciudad deportiva Mundo Talleres, piedra basal del proyecto, para seguir creciendo. Y, para eso, hay que duplicar los ingresos.

“Se requieren más de 20 millones de dólares para hacer Mundo Talleres. Necesitamos llegar a mil millones de pesos anuales, con 45 mil abonos de fútbol y 75 mil socios. Debemos jugar con 45 mil personas de local”, les dijo Fassi a los socios sobre el nuevo predio que se ubicará en Armada Argentina al 4000 y que empezaría a construirse desde mediados de año.

Como se ve, el desafío de seguir siendo internacional cruza a Talleres en todo sentido. “Falta mucho y necesitamos del esfuerzo de todos”, es el eslogan que sigue repitiendo Fassi.