Era tan inquieto que un tío lo bautizó como "El Zorrito". Eran tiempos donde el quinto de ocho hermanos de una familia de clase media trataba de ayudar a papá Juan Domingo y mamá Hilda cortando el pasto de las casas vecinas. A los 15 años, su hiperactividad lo llevó a crear un equipo de fútbol en el colegio La Salle de Córdoba. La idea germinó con 13 equipos, padres-entrenadores y una estructura más amplia. Después, la pelota lo fue llevando por diferentes caminos: el arquero que no faltaba ni a un entrenamiento le dejó lugar al profesor de educación física y el buzo de PF lo llevó, llamativamente primero, por Belgrano -donde hasta llegó a dirigir un partido-, y luego, Ciudad de Júarez, Necaxa y Pachuca. "El Zorrito" pasó a ser "El Profesor". Y sus ideas disruptivas, acompañadas del apoyo de un empresario mexicano, transformaron a un equipo de la B en un club poderoso a nivel continental: las vitrinas muestran seis títulos de México, cinco Liga de Campeones y una Copa Sudamericana -es el único equipo azteca en ganar un certamen de Conmebol-. Suele golpearse el pecho recordando que su Pachuca es el único equipo mexicano en haber jugado tres Mundiales de Clubes.

El éxito económico y deportivo en los Tuzos fue su camino a la fama. Vicepresidente del Grupo Pachuca -donde comparte el directorio con el multimillonario Carlos Slim-, puede repasar sin titubear: 3700 empleados, un hotel, un centro de convenciones, un centro de alto rendimiento, un Salón de la Fama homologado por la FIFA y un patrimonio neto de 350 millones de dólares. Su desembarco en Talleres lo llevó a un récord de millas: 88 vuelos entre México y la Argentina en los últimos dos años.

Volvió a su tierra con el currículum y los números de su vida en Pachuca, pero todavía se lo mira con cierto recelo. Es una rara avis en un fútbol argentino que, por cultura y un sinfín de malas experiencias, toma a las SA como mala palabra. Él pondera la gestión por encima de la categoría societaria. "La mayor facultad que tenemos es poder ayudar socialmente. Después hay que agregarle la pasión, la visión, la dignidad, los valores, la estructura", enumera. Siempre mira hacia adelante: en Talleres piensa crear una escuela de jóvenes dirigentes.

Admirador de Marcelo Bielsa, comenta que "sería un lujo que fuera el técnico de México". Cuenta que el último encuentro con el "Loco" fue el año pasado, en Rosario. Estuvieron hablando de fútbol durante 9 horas. Y hasta se lo imagina en diciembre, disertando en la Argentina, junto con entrenadores y ex jugadores. "Sería el número 1 de una charla ideológica", proyecta.