Sin tapujos, Carlos Ahumada, exgerenciador del Albiazul y ahora titular de Estudiantes (SL), se refirió a las polémicas que dejó por barrio Jardín: el juez Tale, el fideicomiso y Fassi. Quiere que el ”Matador” ascienda.

Ahora es miembro del Comité Ejecutivo de AFA, como presidente de Sportivo Estudiantes de San Luis, equipo al que preside y del que acaba de conducir a la B Nacional.

El polémico Carlos Ahumada Kurtz, exgerenciador de Talleres con la empresa “Ateliers”, demonizado en barrio Jardín por su estadía de 2008 a setiembre de 2009, logró tres ascensos en tres años en su nuevo club, teniendo revancha de su mal paso por Córdoba y también en Juventud Unida Universitario de San Luis. A cinco años de su paso por el albiazul, el empresario, mientras celebra su buen porvenir en la provincia que lo arropó, atendió a PODIO para hablar del presente y pasado, de sus peores momentos, con un descenso al Argentino A, polémicas y juicios de todo tipo, en tiempos de combates legales en un Talleres con más presencia en Tribunales que en cancha. La conversación fue un revisionismo de esos 20 meses en barrio Jardín, repleto denovelas, vericuetos legales y controversias nunca dejaron de latir en el ambiente, y donde Tribunales fue la segunda sede.

- ¿Cómo vive su nueva etapa en San Luis?
- Lo que logramos en Estudiantes fue por perseverancia a un proyecto. Fundamentalmente en que soy presidente y no gerenciador. Me tuvieron confianza, sin ponerme palos en la rueda. Todo distinto a lo que me pasó en Talleres. Fue un calvario permanente, cualquier cosa llevaba a un problema. Acá me dejaron trabajar.

- ¿Qué le quedó de su experiencia en Talleres? ¿Qué opina de su estado actual?
- Sensación de ingratitud me queda, más allá de que atesoro los mejores recuerdos. Yo no vine a Talleres, me fueron a buscar en Buenos Aires los del fideicomiso, me contactó primero Carlos Granero, a quien le compré acciones. Tuve que pagar la boleta en la pretemporada en Potrero de Los Funes en 2008, porque el plantel no tenía ni para comer. El club estaba en terapia intensiva. Lo salvamos de la Promoción contra Racing y al otro año estuvimos cerca de ascender. Pero todo era problemas, con el juez Tale, la prensa, algunos de esos “notables”, que sólo pusieron obstáculos. Puse empeño, mucho dinero, y al final me sacaron a patadas. Quedó demostrado que Talleres es manejado por la misma gente que lo quebró. Lo han saqueado a ese club.

- ¿Continúa su reclamo por desapoderamiento, y demandas legales? Ha dejado perimir algunas instancias...
- Es cierto, pero vamos por el recurso a la Suprema Corte. Ya lo hemos presentado, es algo que tienen que resolver mis abogados. Se vencieron algunas instancias, han caducado otras pero voy a seguir apelando por lo que me corresponde. Como también el desapoderamiento de la concesión y todos los aspectos jurídicos. Sólo quiero hacer valer mis derechos y los daños que se generaron. Talleres es grande porque me consta, una hinchada muy numerosa, solo que está mal manejado. A ese club lo han esquilmado los dirigentes que lo quebraron y que ahora dicen ser salvadores.

- Usted generó pasivo, con juicios, por más de tres millones de pesos..
- ¿Deudas? Vamos por parte, a (Rubén) Insúa lo heredé de Granero, y con él nos íbamos derechito al descenso. Nadie dice que los demandados no quisieron arreglar el juicio, estaban en consonancia con el fideicomiso. Todos los que fueron despedidos por mí, toditos, con sentencia, se hubieran podido pagar con aportes de mi gestión.

- ¿Cuáles?
- Por ejemplo, de los 250 mil dólares que cobraron por la venta del arquero que yo traje, Carlos López Rubio. O sino, de los 250 mil dólares, del seguro de caución que me embargaron cuando presenté mi propuesta de salvataje. Eran dolaritos verdecitos, uno encima del otro. Y compré a Luis Salmerón en 600 mil dólares. Después lo prestaron a China, Ferro, Independiente Rivadavia. Suponiendo mi responsabilidad, los pudieron cancelar a los 19 juicios de esas tres acciones mías. ¿Por qué no lo hicieron? A Talleres lo han saqueado toda la vida. Por eso está como está. A lo mejor a muchos les sirve que esté así, no sé. Yo por suerte cuando fui a Córdoba hace seis meses pude caminar tranquilo en la calle.

- Se lo acusa de que en su gestión quedaron varios jugadores libres: Lucas Godoy, Julio Buffarini...
- Por favor, eso es responsabilidad del fideicomiso. Es como si yo culpara a usted de que su vecino se haya mudado a otra casa. Yo era gerenciador. El fideicomiso era el encargado de renegociar y no lo hizo. Lo de Lucas Godoy fue un error administrativo de los que manejaban esa área. Es muy claro. Yo no podía firmar nada.

- ¿Qué errores asume?
- Muchos he tenido. En lo deportivo sobre todo, pero me parece que eso no debe opacar mis obras en predio y la cancha. Cometí tremenda equivocación al ser confiado. Fui ingenuo. Me fui de México, vine a Talleres por algo pasional, de ser hincha de pequeño, y recibí lo peor. Engaños de todo tipo. Decían que en AFA tenía mala relación conmigo y el club, cuando estaba en Talleres no me dejaban ingresar y resulta que ahora estoy en el Comité Ejecutivo. A Talleres lo ven en AFA como un club de pirañas.

Humberto Grondona se hartó de todo y se fue, ya era una crónica de un descenso anunciado, pero no por esta campaña sino por los 26 puntos de la temporada anterior, en la que no estuve.

Voy a continuar con mi vida en San Luis, Talleres ya es cosa del pasado. Tale rompió de manera arbitraria el contrato, y por algo fue apartado y con enjuiciamiento.

Un clásico: ataque a la prensa y al juez


Constantes fueron sus malhumores con la prensa y todo aquel que osara criticarlo. Carlos Ahumada no anduvo con preámbulos, tampoco titubeó en responder a los supuestos ataques de quienes consideraba enemigos. En Córdoba, por ejemplo, al ya fallecido periodista Víctor Brizuela, lo mandó de una cabina especial donde relataba, a transmitir desde la platea. Y frecuente era su silencio o ninguneo ante el llamado de muchos periodistas. En San Luis, le prohíbe la entrada a Radio Popular y Radio Digital, críticos de su gestión, e incluso le vende entradas a la platea. Y nunca tuvo convivencia sana con el juez Carlos Tale.

- ¿Por qué tanto ataque a la prensa de su parte? En San Luis repitió la modalidad...
- En Córdoba creo que hubo intereses corporativos. Yo decía que algo era blanco y al otro día en las radios y diarios de boca de Ahumada se decía que era naranja o verde. Fue un campo minado.

- ¿Por qué se distancia usted del juez Tale?
- Porque era inquilino, entonces solo tenía deberes y obligaciones, y nunca un derecho. Creo que el tiempo está dejando en claro que todo fue una cortina de humo para echarme, y justificar todo lo que Tale había hecho mal. Tengo una personalidad frontal y eso me ha llevado a problemas a lo largo de mi vida, pero sigo firme a mis convicciones.

Amado y odiado,revolucionó a San Luis


Por Alejandro Magdaleno, Periodista del Diario de la República de San Luis

La llegada de Carlos Ahumada a San Luis, ya hace cinco años, revolucionó el fútbol de la provincia. Y la revolución es integral. Fue gerenciador de Juventud, que hace 15 años juega el Argentino A, hasta que la dirigencia le soltó la mano.

Pasó a Estudiantes, el archienemigo del Juve. Le ofrecieron ser presidente, cargo que había negado Juventud. Y en tres años (desde noviembre de 2011) lo ascendió dos veces... de la nada al Argentino A. Y ahora en la B Nacional, el anhelo que persigue desde hace 398 partidos Juventud, el que hizo realidad el Verde con sólo 48 juegos en la división. Ahumada, que despierta amores y odios, es el gran responsable de este momento de gloria de un postergado fútbol puntano. El resto, es historia que está escrita (derecho de admisión a una parte de la prensa, peleas con el gobierno provincial, el posicionamiento de Estudiantes como el ‘Equipo del Pueblo’, su llegada a AFA como representante del Argentino A en el Comité Ejecutivo) y otra que ya empieza a trazar sus primeras líneas, siempre con Ahumada ganador... porque en fútbol, las historias las escriben los que ganan.