El juez Saúl Silvestre ratificó que, tras 10 años, Talleres sale de la quiebra al contar con los recursos necesarios. Se mostró feliz por la gente y agradeció al Fondo de Inversión, coadministrador con el fideicomiso.

Saúl Silvestre se ganó un lugar en la historia del fútbol de Córdoba. Saneó a Belgrano conjuntamente con la administración de Armando Pérez y en poco tiempo más terminará de hacer lo mismo con Talleres.

El viernes pasado, el fideicomiso integrado por Daniel Ruffener y Gustavo Eluani le presentó el 10° proyecto para pagar a los acreedores la suma 7.900.000 pesos con los que se cancela casi la totalidad del pasivo. Por esa razón redactó la sentencia 79, en la que fija la fecha de las elecciones para el 16 de noviembre, algo que no se da desde 2002 (1995 la última compulsa) y que le permitirá a Talleres salir de la quiebra, a la que cayó el 28 de diciembre de 2004, sin vender sus activos. Una onda positiva que se espera influya en lo deportivo, ya que el primer equipo volvió a la tercera categoría del fútbol argentino y falta desde hace una década en Primera División.

“Talleres está saneado. Están los fondos. Una lástima lo deportivo. Pero confío en que Talleres podrá salir adelante”, le dijo ayer Silvestre a Mundo D. El juez asumió el control del proceso tras el sorteo del 10 de noviembre de 2009, en lugar de Carlos Tale, apartado de su cargo por una movida de Carlos Ahumada, “cortado” de la concesión del club por incrementar el pasivo, que llegó a tocar los 31 millones de pesos en 2008, siendo que su sentencia verificatoria lo había dejado en 14 millones de pesos.

Silvestre se expidió a su tiempo. Los distintos sectores del club, en especial Talleres es de su Gente, le pedían que fuera antes, conforme a una estimación que el propio Silvestre supo hacer y que hablaba de comicios para abril o mayo.

“Es una sensación especial. Con la gente que trabajamos estábamos convencidos de que iba a llegar este momento. Los plazos se fueron dilatando y pensábamos que podía ser seis meses antes. Eso generó ansiedad. Me siento contento por la gente de Talleres. Es más que la normalización del club, que pueda elegir las autoridades. Se eliminó el riesgo de la liquidación del club y a un costo mínimo, porque no hubo necesidad de vender ningún inmueble. Y hay un activo importante. Me acuerdo de 2010, cuando no veíamos otra posibilidad que la venta del predio. Eso iba a atentar contra la idea de promover el trabajo en inferiores. El club estaba financiera y anímicamente quebrado. Fue difícil hacerle entender a la gente que pagar el pasivo era lo más importante. Y la gente pudo ver públicamente los números del proceso. Porque podía consultar el expediente para saber ingresos y egresos. Hubo transparencia”, dijo el juez.

–Queda la sentencia final...
–Sí. Pero hay detalles administrativos que van a llevar un tiempo más. Como pasa hoy con Belgrano, ya que hay créditos que no se cobraron aún y ya hubo una reelección de presidente. Lo importante es que se lleva adelante la normalización de Talleres. El 1 de diciembre asumirán las nuevas autoridades. Quedará un saldo a favor para pagar gastos corrientes. Talleres ha sido deficitario estos meses.

La Fundación y el Fondo. Con todos los recursos cedidos y sin posibilidades de una venta inmediata, era difícil cancelar una deuda millonaria y mantener abierto el club solamente con recaudaciones y abonos de socios.

Primero se sumaron la Fundación Azul y Blanco y luego el Fondo de Inversión, ya como coadministrador del club con el fideicomiso. En un contrato que se inició en junio de 2010 y que finalizará el 30 de noviembre, casi un año y medio después del plazo de tres años, por lo que el aporte inicial de 8 millones de pesos se fue a casi 20 millones. “Ernesto Salum nos acompañó con su gente, primero y, luego, ayudó a la formación del Fondo. Siempre tuve simpatía por ellos. Llevaron adelante una gestión necesaria que era el reordenamiento administrativo. Era un desastre y con ellos sentamos las bases de una administración de primer nivel. Entrar a la sede de Talleres era ver las fotos por el piso, las copas tiradas, todo revuelto. Hoy da gusto ir. Pone a las claras que el Fondo quiso trabajar en pos de un club serio. Lo hizo. Aldo Roggio, Salum, Alberto Escalante, Hugo Bertinetti, los Escribano, José Maslub. Mi agradecimiento es para el Fondo. Supieron entender el momento. No me quiero olvidar de Miguel Srur. No sabía de su enfermedad, pero fue de los primeros en decirme que sentía vergüenza de que el club estuviera así”.

-¿El Fondo asumirá el déficit de 1 millón de pesos por més del último año? ¿Los cuatro millones del premio del ascenso?
–Así es. Son obligaciones asumidas por el Fondo. Particularmente el tema del premio del ascenso. La quiebra no tiene nada que ver. Después lo del déficit no es por mala administración sino por el tiempo deportivo que le toca vivir a Talleres. Desarrolló una estructura que tiene costos importantes. Son 3,3 millones de pesos de presupuesto mensual. Cuando hay que pagar aguinaldos sube a casi cinco millones. Si Talleres asciende en noviembre, ya no tiene más partidos para generar ingresos. La gente respondió a las escuelas de fútbol, a las divisiones inferiores, a un montón de disciplinas que antes no estaban contempladas. Eso no consigue autosustentarse, todavía.

El padrón exiguo. El juez Silvestre espera que pueda darse la unidad entre las distintas agrupaciones. Por eso dispuso que se podrán hacer cambios en las listas o alianzas hasta 15 días antes de los comicios del 16 de noviembre.

Rodrigo Escribano, de Todo por Talleres, Gustavo Lawson, de Talleres es de su Gente, y Andrés Fassi, por Primero Talleres, son los referentes y los grupos que irán a la compulsa electoral, aunque se negocia una alianza entre Escribano y Fassi, sin demasiados avances.

Lo que ya no se puede modificar es el número de empadronados. Son 1.845, un número parecido a los 1.689 del último mano a mano, ocurrido en 1995, y en el que Víctor Szumik venció a la dupla Amadeo Nuccetelli-Francisco “Cacho” Giordano por 453 a 411.

“Intentamos marcarle a la gente el sentido de pertenencia, largando con el reempadronamiento con bastante antelación. La antigüedad no podía ser menor a un año. Por eso largamos en octubre 2012. Le dijimos que participara. Y ese dinero no fue usado para gastos corrientes, sino para el pago del pasivo.

Englobar a los socios fútbol era cambiar las reglas del juego. Siempre dijimos que la gente que quería participar tenía que hacerlo con el empadronamiento. Como dice el estatuto. Se hizo antes para evitar que algún vivo comprara 500 carnés sobre la hora y la elección fuera espuria”, cerró el juez Silvestre.

“Se vendió Pavón y se paga el pasivo. Con Pastore sólo contamos con las indemnizaciones por formarlo. El déficit de un millón pormes lo asume el Fondo. A ellos les agradezco”.