Roles cambiados. El Albiazul descendido jugó mejor que Huracán, un candidato al ascenso.

“Huracán jugó el peor partido del campeonato”. Así se lamentaba un directivo del Globo, que sufría en el palco de prensa por cada ataque que encabezaba Cristian Pavón por izquierda. Es que Talleres jugó mejor que el equipo de Parque Patricios, que quizá ayer en Córdoba dejó pasar gran parte de su posible ascenso. Si ganaba, dependía de sí mismo para volver a la Primera División. Pero no pudo con la “T”, que jugó descendido y con mucha dignidad. Sin regalar nada. A ganar.

No cantó victoria porque esta vez padeció la falta de puntería, como en tantos otros partidos. La buena fue que conservó su valla invicta. Generó muchas situaciones de gol, pero no las pudo concretar.

Talleres jugó un partido muy especial. Ya sabiendo que el objetivo de mantener la categoría era imposible. Y quizá por ello lo disputó sin la presión de obtener un resultado urgente. Necesario. Impostergable. Lo hizo liberado. Intentando jugar.

Entonces, analizar a esta altura cómo lo hizo, qué debería mejorar o cambiar, sería estéril. ¿Para qué? Si quedan dos partidos que no aportarán mucho más salvo saber con qué material se puede contar para lo que viene.

En un momento del entretiempo, se escuchó “que se vayan todos, que no quede, ni uno solo...”. ¿Habrá sido para los jugadores o para el Fondo de Inversión?

El gran déficit de esta campaña de Talleres en la B Nacional fue el sistema defensivo. Sobre todo en el arquero y los zagueros. Aguiar/Santillo más Avendaño y Vera tuvieron un rendimiento de malo para muy malo. Desde la llegada de Jorge Ghiso, ese problema se solucionó en parte. Y ayer, que el arco haya terminado con el marcador en cero tendría que analizarse como algo positivo. En ese sector no se puede fallar. Lo tendrá que tener muy en cuenta quien arme el futuro plantel. Gastón Bottino, Esteban Burgos y Ezequiel Barrionuevo son elementos para mantener. Será muy difícil retener a Carabajal, Álvarez, Leyes, Díaz y Klusener. Ni hablar de Pavón, un jugador de otra categoría, muy lejos del Argentino A.

Uno x uno


Federico Costa. Respondió bien cuando fue exigido (no fue mucho lo que hizo Huracán en ataque).

Gastón Bottino. Se proyectó con criterio y fue una válida salida para Talleres.

Esteban Burgos. No tuvo un gran partido. Perdió de arriba y estuvo impreciso a la hora de salir jugando.

Jesús Nievas. Discreto partido del pelado. No se complementó muy bien con Burgos. Controló bien a “Wanchope” Ábila.

José Shaffer. Cada vez que tocó la pelota, los hinchas lo insultaban. Intentó ser salida, pero cada centro que tiró no llegó a un buen destino. No tuvo un buen partido.

Agustín Díaz. Claro en su juego. Generó, de a ráfagas, algunas jugadas elaboradas. Tuvo más trabajo que lo habitual a la hora de recuperar pelotas.

Edison Torres. Flojo. Se notó que hace rato no jugaba un partido completo.

Ezequiel Barrionuevo. Tuvo un partido correcto. No le sobró nada y le costó imponerse.

Fabio Álvarez. Pinceladas de su juego. Se movió mejor lejos del área rival.

Cristian Pavón. Lo mejor de la “T”. Cada vez que quiso, desniveló con su velocidad. Le falta mucho trabajo en la definición.

Gonzalo Klusener. Protestó más de lo que jugó. Fue amonestado por esa cuestión.

Rodrigo Molina. Debutó en el primer equipo albiazul. Se animó a tirar alguna gambeta. Bien el pibe.

Victorio Ramis. Otro que hizo su presentación con la camiseta albiazul. Buen porte con centrodelantero. No le quedó ninguna para definir.

Claudio Francés. Jugó apenas un par de minutos.