En Mendoza. Talleres enfrenta a Independiente Rivadavia con la obligación de sumar los tres puntos. Con una caída puede descender y con un empate sólo prolongará una fecha más su agonía.

Talleres tendrá hoy su última chance de subirse al tren de la esperanza que pueda conducirlo a no descender. Cuando a las 14, en hora de sobremesa, visite en Mendoza a Independiente Rivadavia, estará obligado a ganar, aunque un empate no lo haga caer todavía al Argentino A. Sumar un punto sólo prolongaría la agonía una fecha más.

Necesita sumar los 12 puntos que le faltan para no caer al abismo. Y aún así tampoco tienen asegurado no depender de algún resultado ajeno para permanecer en la B Nacional.

Ganar será su desafío. Y después rezar. Sólo así podrá aferrarse a la ilusión, aunque lleve 28 fechas sin sumar de a tres como visitante ( la última vez fue en la undécima fecha, 3 a 1 frente a Defensa y Justicia).

Sólo el amor propio, la vergüenza deportiva y la dignidad de sus jugadores podrán evitarle el final más indeseado. Y como lo último que se pierde es la esperanza, es de esperar que rieguen hasta con la última gota de sudor el Bautista Gargantini, para no volverse a Córdoba en el peor de los escenarios.

Más difícil no la podrá tener, ya que su rival también está amenazado por el descenso. Apenas 9 milésimas (1,237) lo separan de Almirante Brown (1,228), el primero de los cuatro últimos de la tabla de promedios que hoy desciende. Debuta Costa. Respecto del equipo que perdió frente a Atlético Tucumán 2-1, Ghiso dispuso el debut del arquero Federico Costa en lugar de Santi l lo, quien mal en lo anímico por su tarea frente al Decano, no viajó a Mendoza. Y recaerá, seguramente, en Gonzalo Klusener, reconciliado con el gol, las mayores posibilidades de la “T” de convertir. Aunque hoy, no importará quien los haga: sólo importará que entren.